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Guerra Garrido se adentra con una novela en la Gran Vía de Madrid

Aurora Intxausti

Raúl Guerra Garrido (Madrid, 1935) ha decidido convertir la Gran Vía de Madrid en la gran protagonista de su última novela, La Gran Vía es New York (Alianza). La obra es un conjunto de retazos de vidas que se unen en torno a esa arteria de la capital de España, que es eje y escenario donde se desarrollan las diferentes situaciones de los hombres y mujeres que deambulan por las páginas del libro. No hay un protagonista central en esta obra y algunos de los personajes que aparecen en varios de los capítulos funcionan como hilos conductores.

"Las historias que cuento están a caballo entre la realidad y la ficción. Algunos de los relatos reales parecen más increíbles que los que han surgido de la imaginación", aseguró el autor de La Gran Vía es New York. Guerra Garrido dice que su obra es "como un paseo por esa calle en la que han ocurrido tantos sucesos en los últimos 100 años. En ella se puede pasear con personajes como el pintor Antonio López, el fotógrafo Alfonso o el torero Fortuna, y disfrutar mientras caminas junto a ellos".

El escritor dice que las historias que él cuenta están en la calle. "Son 96 capítulos donde tienen cabida todos los matices del ser humano, desde el glamour de Ava Gardner y Samuel Bronston a los años cuarenta y cincuenta, los de mayor esplendor de la Gran Vía que fue el escaparate del Régimen, y los más recientes personajes de las tribus urbanas y gente anónima que vive en sus calles".

Gran escaparate

El escaparate es tan rico que ha permitido a este escritor darse cuenta de que la Gran Vía funciona como una gran fábrica para crear relatos. "He querido que el lector pasee para mezclarse con prostitutas, siniestros, punkies, gente anónima que vive, ama y muere en sus aceras durante las 24 horas del día. Porque si uno camina y se entremezcla con el peatón se da cuenta de que son muchas las vidas que transcurren en el asfalto".

Guerra Garrido, gran aficionado al cine, aunque nunca se ha puesto detrás de una cámara por su amor al trabajo en solitario, hace constantes guiños al mundo de la cinematografía. Los títulos de algunos capítulos hacen una referencia intencionada a los de conocidas películas como El apartamento, Perfume de mujer, La noche americana, La túnica sagrada o El espíritu de la colmena, y otros aluden a títulos de novelas. "Hasta ahora sólo he tenido la experiencia de que una novela mía se llevase al cine, como fue La mar es mala mujer, y lo cierto es que cuando escuchas a un buen actor pronunciar tus diálogos es una delicia. La Gran Vía es New York creo que es un trabajo bastante cinematográfico".

En opinión del autor, su último trabajo es "una novela difícil de explicar, no es una novela histórica. Tiene una unidad interna y mantiene una estructura narrativa como la de un libro de viajes a través de la Gran Vía y del tiempo".

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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