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Perfil | José Alejandro Pina

Presidente por partida doble

"Está como la dejé. No ha habido grandes cambios en la empresa y afortunadamente permanecen en ella las personas que colaboraron conmigo hace 10 años". José Alejandro Pina ha vuelto a la presidencia de la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (ENRESA), que ya ocupó de 1994 a 1996, y lo ha hecho con la satisfacción de ver cómo en estos años han culminado con éxito proyectos complejos, como el desmantelamiento de la central nuclear de Vandellós 1, auspiciados en su primer mandato, y cómo el tiempo le ha dado también la razón en temas como la necesidad de almacenamientos de residuos centralizados en Europa o en la asunción de sus dudas sobre la conveniencia y los costes de un almacenamiento geológico profundo por responsables de la UE.

"Vandellós 1 está prácticamente desmantelada", señala el presidente, y se ha hecho con total seguridad, sin contratiempos ("por no haber no ha habido ni accidentes laborales"), y ajustándose además a los plazos y a los presupuestos iniciales. "A las ingenierías españolas, que han demostrado su capacidad para abordar con éxito esta empresa, se les abren buenas perspectivas de negocio internacional en este campo", agrega Pina, a quien le va a tocar lidiar ahora, en su nuevo mandato, el desmantelamiento de la central de Zorita (2006) y la peliaguda elección del lugar donde instalar un almacén centralizado de residuos nucleares en superficie.

Economista y profesor de Economía (Universidad Autónoma de Madrid, IACDE y UNED), Pina ha desarrollado buena parte de su vida profesional en el Ministerio de Industria, donde ingresó en 1975 en el Servicio de Estudios y donde ocupó distintos cargos hasta 1984. En los dos años siguientes trabajó en la Comunidad de Madrid, en el equipo de Leguina, como director general de Planificación. Entre 1986 y 1988 ejerció como director general del gabinete de Presidencia en el INI. Responsabilidad que desempeñó también, entre 1988 y 1994, en Industria con los ministros Aranzadi y Eguiagaray. De ahí pasó a ocupar la presidencia de ENRESA y en los últimos años ha trabajado en el sector privado.

"Es buena gente", dicen de él algunos de sus amigos y colaboradores, aunque también le niegan la mayor: que sepa jugar al mus. Fumador impenitente de buenos puros, Pina tiene 54 años y "varias novias", según confiesa con sorna. Es segoviano y ejerce (vive en esta ciudad castellana, en una casa rehabilitada, que tiene cimientos del siglo XVI y estructura del XIX, y se traslada a diario a Madrid). Una ciudad ideal para sus tres grandes aficiones: caminar por el campo, leer y charlar con los amigos.

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