Polvo y ruido
Ser extranjero y vivir unos 15 días en Madrid es correr el riesgo de enloquecer. La cantidad de ruidos, de polvo y de humo que se tiene que soportar es absurda e inadmisible en un país considerado desarrollado. Si por un lado, la cuestión del polvo se justifica por la "rehabilitación de la ciudad" y la de los fumadores por ser un problema crónico de dependencia, por otro, el "terremoto" causado por los colectores de basura, por la madrugada, es una idiotez total. Es increíble que aún no se tenga resuelto ese problema y que el sueño de las personas no sea respetado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Opinión
- Suplemento Consultorios
- Vivienda segunda mano
- Contaminación acústica
- Ayuntamientos
- Contaminación atmosférica
- Mercado inmobiliario
- Administración local
- Madrid
- Limpieza urbana
- Contaminación
- Vivienda
- Comunidad de Madrid
- España
- Problemas ambientales
- Equipamiento urbano
- Administración pública
- Urbanismo
- Medio ambiente
