Excusas al alcalde de Berja
El señor alcalde de Berja escribió ayer una réplica a mi artículo del sábado "Cortijos" en el que señala reiteradamente su sorpresa e indignación por mi falta de información y por mi escasa preparación jurídica. Nada diré sobre esta última, pues después de 10 años apareciendo en sus páginas, los lectores de EL PAÍS Andalucía ya tienen datos más que suficientes para tener una opinión propia; en cuanto a mi falta de información, debo reconocer que lleva toda la razón: admito que cometí el desliz de creerme tanto las informaciones que me transmitió la redacción de EL PAÍS sobre los cargos públicos de la alcaldesa pedánea de Balanegra como el comunicado que el mismo alcalde de Berja difundió, por medio de la Agencia Europa Press, la tarde del viernes sobre las razones del desalojo.
Aprovechando su consejo de que me informe mejor, me animo a hacerle un par de preguntas: ¿Por qué en su comunicado no señaló -como hace en su réplica- que el motivo de la expulsión fue que la alcaldesa estaba realizando una "ocupación ilegítima de bienes públicos"? ¿Por qué no debate en su repetitiva réplica los "motivos políticos" que yo enumero como causa del desalojo y que recojo literalmente de su comunicado? Quizás sea por la falta de conocimiento de la ley que me achaca, pero tengo para mí que el buscar un "clima de normalidad", el "negar información" y los otros motivos similares alegados son muy poco jurídicos y bastante políticos.
Dejo para otro momento las reflexiones sobre su trayectoria y talante personal, a las que me invita el alcalde, aunque el tono de su réplica da algunas pistas. Creo que ahora debo limitarme a pedirle excusas, tal y como se cuenta que hizo un legendario embajador portugués ante un rey extranjero por un desliz similar al mío: "Su Majestad tiene razón; pero no la tiene toda, y la poca que tiene, no le sirve de nada".
