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Reportaje:

El cedro centenario de Utiel

Una modificación del Plan General de Ordenación Urbana amenaza un árbol de 107 años

Ignacio Zafra

En 1898, Generoso Planells, veterinario, músico, compositor, periodista, ciudadano de Utiel, plantó un cedro del Himalaya. Un árbol que procede de la parte occidental de la cordillera asiática, y cuyo nombre científico, Cedrus deodara, significa en sánscrito dedicado a Dios. Con 106 años y 17 metros de altura, el ejemplar puede parecer viejo, pero según la página de Internet del Real Jardín Botánico de Madrid, no deja de ser un chaval, teniendo en cuenta que los cedros del Himalaya "pueden vivir hasta 1.000 años".

Una modificación del Plan General de Ordenación Urbana realizada por el Ayuntamiento de Utiel en su entorno amenaza con acortar esa esperanza de vida: El Gobierno municipal prevé abrir una nueva calle que partirá la casa familiar de los Planells y pasará por encima del lugar que ocupa el cedro.

El Jardín Botánico de Madrid indica que la especie puede vivir hasta 10 siglos
Los propietarios denuncian que el ejemplar "no existe" para el Ayuntamiento

La historia del desarrollo urbanístico en el entorno del árbol se remonta a 1987, cuando el Consistorio, por entonces dirigido por los socialistas, decidió continuar la calle del Álamo en línea recta, utilizando el curso de una antigua acequia pública que queda dentro de una finca privada. El Plan preveía urbanizar a un lado de la calle viviendas de una altura, y aunque tocaba la propiedad de las nietas de Generoso Planells, no afectaba gravemente a la casa y el cedro quedaba intacto, según explican los propietarios.

Pasó el tiempo sin que el proyecto se llevara a cabo, y en 2000, el nuevo Gobierno municipal del Partido Popular retomó el proyecto introduciendo ciertos cambios. El más visible es que la calle del Álamo dejaba de crecer en línea recta para hacerlo en diagonal, cuarteando la finca de los Planells y llevándose por delante un árbol, que según las nietas de Generoso Planells, "no existe" en ningunos de los planos que maneja el Ayuntamiento.

Lo oculto, continúan los mismas fuentes, es que el cambio en el proyecto permitirá construir edificios de cinco alturas, en lugar de una. Y lo oculto, también, es que uno de los promotores de la idea, el teniente de alcalde Vicente Vigo, ha reconocido públicamente "tener intereses" en los terrenos cercanos, y por eso se abstiene en las votaciones, "a pesar de que ha sido uno de los impulsores". Y a pesar de que en el programa electoral de su formación política, Utiel-Siglo XXI, se cita expresamente la protección del medio ambiente y de los árboles monumentales.

Preguntada al respecto, la concejal de Urbanismo, María Isabel Yuste, responde no tener conocimiento de la localización exacta del árbol, aunque los propietarios de las viviendas han presentado numerosas alegaciones indicándolo. Yuste añade que "se buscará la fórmula para que el árbol no resulte perjudicado".

Como forma de evitar la expropiación de la casa y la destrucción del valioso cedro, las nietas de Generoso Planells instaron hace pocos meses la declaración del ejemplar como árbol de interés local, una catalogación oficial que impediría su tala. La petición de los propietarios no ha sido contestada.

La apuesta no es sencilla, reconocen Juan Ausina y Vicente Martínez, marido de Carmen, una de las nietas de Planells, porque la catalogación del árbol implicaría la prohibición de construir en torno al ejemplar en un radio igual al cálculo de la longitud de sus raíces, que se obtiene al multiplicar por dos su altura. En este caso, algo menos de 40 metros. Y por ello, a Juan y a Vicente, su abogado les advirtió: "Pensad que protegiendo el árbol estáis hipotecando la casa, y la herencia de vuestros hijos".

A ellos, aseguran, lo de atarse las manos en futuras urbanizaciones les da igual. Juan añade: "Si se hiciera el proyecto nuevo a mí me quedarían 400 metros de suelo con calles a los dos lados, y eso es mucho dinero sabiendo lo que se paga aquí el metro cuadrado".

Ellos insisten en que se recupere el proyecto de 1987 y salvar así el árbol y la casa, "lo único" que Generoso Planells dejó a su muerte. Porque Planells, que fue un personaje reconocido en la comarca, que presidió una asociación de esperanto y tiene una plaza con su nombre en Utiel desde 1994, nunca hizo dinero y sí, aseguran sus familiares, honor a su nombre: "Era un hombre fuera de lo normal. Cuando iba a visitar las caballerizas de gente humilde no les cobraba, sino que les daba el dinero para comprar los medicamentos".

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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