Milà atribuye a una chispa de la red eléctrica el origen del incendio del Montgrí

La misma tramontana que avivó el fuego en el macizo del Montgrí (Baix Empordà) y dificultó su extinción durante 21 horas ha dejado indicios claros sobre el origen del incendio: la zona quemada situada más al norte tiene una clara forma cónica que se expande, dirigida por el viento, a partir de una torre eléctrica. En su base se han hallado restos de una autoválvula -que regula la intensidad en el circuito eléctrico- que pudo estallar por sobrecarga, caer al suelo y lanzar las chispas que prendieron los arbustos secos. No se han encontrado otros posibles focos.

El consejero de Medio Ambiente y Vivienda de la Generalitat, Salvador Milà, explicó ayer que la chispa es la "hipótesis principal" para explicar el origen de un incendio que se dio por controlado ayer a las once de la mañana. Fecsa-Endesa, propietaria de la línea, se limitó ayer a confirmar que se ha abierto una investigación para aclarar si el fuego tiene relación con una avería de una estación transformadora de esa línea. El incendio, que triplica la superficie quemada este año, ha arrasado 671,72 hectáreas -176 de pino blanco, 300 de arbustos, 183 de cultivos y otras zonas improductivas-.

Aunque no quisieron ser tajantes, la Generalitat y el consistorio de Torroella de Montgrí, uno de los municipios más afectados junto a Ullà, reforzaron las acusaciones hacia la compañía eléctrica explicando que diversos vecinos de la zona han denunciado daños en sus electrodomésticos coincidiendo con la posible subida de tensión.

Milà advirtió de que la Generalitat exigirá responsabilidades civiles y administrativas si se confirma que la red eléctrica originó el fuego. "Tenemos una red de distribución muy cargada y con puntos deficientes", lamentó el consejero. Carles Negre, alcalde de Torroella, afirmó que si se demuestra que existió "negligencia de la compañía eléctrica" se presentarán como acusación particular para exigir responsabilidades.

Zona protegida

El alcalde aseguró que los vecinos están "cabreados" porque el fuego ha puesto en riesgo los esfuerzos para crear una zona natural protegida. Parte del área quemada se integrará el año próximo en el nuevo Parque Natural del Montgrí y las islas Medes. Negre añadió que la línea eléctrica suministra energía a una urbanización "ilegal" que popularmente se conoce como El barrio de los franceses. Se trata de una cuarentena de viviendas levantadas sin control, en los años del desarrollismo franquista, que permanecen en una situación de alegalidad y con deficiencias en los servicios. "No deja de ser curioso que tengan suministro de luz si no tienen permiso municipal", ironizó el alcalde.

La primera actuación en la zona quemada, que ha dejado un paisaje desolador visto desde la cima del popular Castillo del Montgrí, consistirá en la retirada de la madera quemada. Dentro de dos años, si los árboles no rebrotan de manera natural, se replantarán. Milà explicó que la fauna salvaje no se ha visto afectada.

La masia de Can Puig, en Ullà, perdió algunas de sus ovejas y ardieron establos y pajares. Salvador Puig explicaba ayer que confía en las ayudas institucionales para reflotar su explotación. Otras granjas han sufrido consecuencias similares. Los agentes rurales buscan también tres ciervos que escaparon de la reserva de Sobrestany, en Bellcaire d'Empordà. Las personas desalojadas el domingo de manera preventiva pudieron regresar a sus domicilios ayer por la mañana. Sus viviendas no han sufrido daños.

Durante toda la jornada de ayer, en la que el viento sopló con menor intensidad, efectivos aéreos y terrestres continuaron remojando la zona quemada. En diversas ocasiones la fuerza del viento convertía en llamas amenazantes las débiles columnas de humo.