El derribo de la residencia Noreña de Córdoba acaba con 20 años de pleitos
La demolición de la antigua residencia sanitaria Teniente Coronel Noreña de Córdoba comenzó ayer tras el acuerdo alcanzado por las administraciones central, autonómica y municipal y después de 20 años de litigios.
Mes y medio y 500.000 euros empleará el Ayuntamiento en la demolición de unas instalaciones que permanecían abandonadas desde 1984. La Junta de Andalucía ha anunciado que construirá un centro de salud en parte del lugar que ocupaba antes la enorme mole, de 11 alturas.
La residencia Noreña ha sido, durante las dos últimas décadas, fuente de conflictos urbanísticos y vecinales. El problema residía principalmente en que, para llegar a una solución sobre el futuro de las instalaciones, era necesario que se pusieran de acuerdo los representantes del Consistorio, de la Junta y de la Tesorería de la Seguridad Social, propietaria del inmueble.
A las 10.55, dos grúas de la empresa Demoliciones Córdoba abatieron dos trozos de la cornisa de la primera planta del inmueble, considerado el más grande de Córdoba, con lo que comenzaba la culminación de un proceso que se originó hace veinte años.
La alcaldesa, Rosa Aguilar (IU), calificó el derribo de Noreña como un momento "histórico para Córdoba" en el que se dan "sentimientos encontrados". Por un lado, "la satisfacción por la resolución de un problema de veinte años atrás". Por otro, "la pena de aquellos que han vivido importantes momentos de su vida aquí".
Los terrenos de Noreña cuentan con una superficie de 19.700 metros cuadrados. Además del centro de salud, la Tesorería General de la Seguridad Social contará con 2.450 metros cuadrados para equipamiento administrativo. El Ayuntamiento cordobés recibe una parcela de 1.951 metros.
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