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Reportaje:

Para bocas muy especiales

El Hospital Doctor Peset de Valencia ofrece tratamiento bucodental a personas discapacitadas severas

El martes pasado, mientras Alicia hija ocupaba una mesa de operaciones del quirófano de la unidad de cirugía sin ingreso del Hospital Peset de Valencia, Alicia madre aguardaba el final de la intervención en la sala de espera. La joven paciente tenía dos muelas del juicio mal situadas que necesitaban una extracción. Lo que para la mayoría de la población se resolvería con varias visitas a una clínica dental, en este caso requería atenciones especiales debido a la condición particular de la paciente, al tratarse de una persona con discapacidad psíquica. "Es un servicio muy útil", explicaba Alicia madre, que entró en contacto a través de las asociaciones de discapacitados

Desde su puesta en marcha, el programa de atención y rehabilitación bucodental a discapacitados severos del hospital Doctor Peset de Valencia, a finales de 2001, ha atendido ya a más de 200 personas. Se trata de un servicio que cubre un importante hueco que existía hasta el momento: la atención a pacientes especiales que requieren una asistencia distinta a la primaria que ofrece el centro de odontología de la Cruz Roja para pacientes con discapacidades.

Buena parte de las personas que han pasado por la unidad, como apunta Javier Silvestre, profesor de odontología en pacientes especiales en la Universidad de Valencia -que presta este servicio junto a sus colaboradoras Carmen Tamarit e Isabel Gascón-, son personas con retrasos mentales, parálisis cerebrales y otros problemas que les impiden abrir la boca y permanecer tranquilos mientras se les resuelven las lesiones bucales, por lo que no pueden ser atendidos en clínicas convencionales. De ahí la necesidad de anestesiar a estos pacientes para que, una vez dormidos, el personal sanitario no tenga que estar pendiente de las reacciones que puedan tener. Se trata de casos muy particulares. Buena parte de ellos es gente a quien no se le practican cuidados preventivos habitualmente -cepillados diarios- ni se le ha examinado nunca la dentadura. Por eso, los especialistas que atienden a estas personas se encuentran con una circunstancia absolutamente distinta a las intervenciones quirúrgicas ordinarias, como apunta Silvestra. "Normalmente, el cirujano sabe lo que va a hacer antes de la operación, pero nosotros no sabemos lo que nos vamos a encontrar. Tenemos una hora y media o dos horas [el tiempo que dura la anestesia] para rehabilitar una boca".

Aunque no sólo atienden a las personas que presentan este tipo de problemas. Además, la unidad asiste a enfermos médicamente comprometidos, cada vez más numerosos. Pacientes inmunosuprimidos después de un trasplante, con tratamientos de anticoagulantes por problemas cardiovasculares o incluso ancianos con enfermedades degenerativas (Parkinson, Alzheimer) que requieren una atención especial, ya sea por problemas de comportamiento o por las especiales condiciones de salud que hacen recomendable la asistencia en un quirófano. Pero también aquellos con cáncer de cuello y cabeza que presenten complicaciones dentales o diabéticos, en colaboración con el servicio de endocrinología.

En general, los tratamientos odontológicos practicados consisten principalmente en empastes, limpiezas bucales y extracciones, aunque se extienden a cirugía peridontal y corregir fibromas, lesiones de boca que se producen los propios pacientes al morderse la parte interior de los carrillos. Un servicio "muy útil", como apunta Alicia, "aunque quizás no tan conocido como debería" entre los familiares de discapacitados, "el mundo del discapacitado está aún por explorar".

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