Luis Gordillo recorre la dualidad como un argumento de su obra

El artista Luis Gordillo (Sevilla, 1934) se ha situado frente al espejo al seleccionar 40 pinturas sobre la dualidad, realizadas entre 1964 y 2003, y agruparlas en la exposición Gordillo. Dúplex, abierta ayer en el Museo de Arte Abstracto Español, de Cuenca (Casas Colgadas, hasta el 12 de diciembre), que gestiona la Fundación Juan March (www.march.es). "En mi obra, a nivel conceptual, hay una dualidad básica. Siempre vivo con mi contrario", declaró.

La duplicidad es uno de los argumentos de la obra de Gordillo, vinculado a la figuración y al pop desde los años sesenta, con influencia hasta la cuarta generación de artistas españoles, según una tesis doctoral. La antológica Dúplex, que en diciembre se verá ampliada hasta 57 obras en el Museo de Arte Español Contemporáneo, de Palma de Mallorca, comienza en los años sesenta. En la actualidad prepara una exposición sobre el pre-Gordillo, con los primeros dibujos y pinturas de su etapa de estudiante de Derecho en Sevilla.

"No toda mi obra ha sido dual. Es uno de los argumentos importantes, pero también sobre la repetición, en grandes conjuntos múltiples, está la obsesión mía por la cabeza, y se podían hacer otros recorridos sobre aspectos distintos. La obra gráfica es otro argumento, y me gustaría hacer una antológica si me lo proponen", declaró.

El artista comenta que las imágenes duales aparecen a comienzos de los sesenta, tras una etapa artística de abstracción informal "en la que no es posible la duplicidad por la rapidez del gesto". Gordillo se vincula en ese momento a la estética pop, cuando pinta cabezas con dos perfiles. Pueden remitir a Warhol pero el pintor señala las fechas tempranas de su adscripción al pop. "No tuve tiempo de copiar imágenes de Warhol y tienen una intención distinta".

Pop psicológico

Gordillo opina que "el pop ortodoxo y real en España no ha existido". "No hay una escuela pop, aunque se habla de Arroyo, con un pop literario, o el de Crónica, que es más político. El mío es un pop psicológico, pero no es como el pop americano. Mi obra siempre ha sido poco teórica. Las obras surgen de percepciones y necesidades vitales y estéticas, y después se construye la obra de arte, pero el pop es de un apriorismo radical".

El pintor afirma que siempre ha vivido con su contrario, que le daba entidad, y pone el ejemplo del realismo social de los años sesenta, y después el geometrismo. "Aprendí mucho de esa convivencia y desde hace años estoy con la muerte de la pintura. Yo soy pintor y es algo espantoso. Me levanto todos los días con ese fantasma".

En los cuadros de Dúplex está el comienzo del psicoanálisis del artista, que practica ("cuento las cosas que me preocupan en la vida cotidiana, también la pintura") de forma continuada. "Creo que el contraste entre el gesto libre, la forma placentera y una obsesión por el control de ese gesto es una derivación de la técnica analítica". También aparecen los experimentos con los medios, desde el collage y fotomontaje al tratamiento digital. "Me interesa confrontar la libertad y lo caótico, las técnicas frías y calientes, que me hacen estar activo, vivo". Otros aspectos de su obra se trataron en la apertura de la exposición a través del diálogo del artista y el crítico de arte Miguel Cereceda, autor del texto del catálogo, con asistencia de Javier Gomá, director de la Fundación Juan March, y José Capa, director de exposiciones.