Fuera del centro

Artistas que no ocupan posiciones centrales en el sistema del arte contemporáneo y que se sitúan al margen de los estilos y temáticas que invaden los grandes museos son los protagonistas de Excéntrico, un proyecto expositivo que intenta acercarse a los complejos mundos interiores de creadores que quieren hacer oír su voz aunque los centros de poder del arte no parezcan interesados en escucharles.

La misma ciudad de Lugo que acoge a este colectivo heterogéneo de artistas excéntricos sintetiza, de alguna forma, el espíritu que alienta a una muestra que no pretende quedarse en un catálogo de figuras extrañas del mundo del arte sino plantear la necesidad de buscar en la periferia nuevas perspectivas para que el mercado no marque en exclusiva la tendencia a seguir.

¿Qué puede resultar más

atrevido que hacer de la muerte un elemento lúdico? Ése es uno de los aspectos de la obra de la mexicana Teresa Margolles, que se mueve en un terreno muy resbaladizo al negarse a seguir el camino marcado habitualmente al tratar un tema tan escabroso. En esta ocasión, la instalación sonora El sonido de la muerte permite al público escuchar los sonidos de trepanaciones realizadas durante diferentes autopsias. Desde una perspectiva muy distinta, los óleos de Simeón Saiz Ruiz nos muestran una visión poco convencional de los desastres que origina la guerra mediante escenas de muerte en el conflicto de los Balcanes.

Otro conflicto, la marea negra del Prestige es el tema elegido por Xosé Artiaga, que plasma los acantilados negros de la costa gallega en fotografías realizadas desde una perspectiva distinta a la habitual. Óscar Seco se inspira en películas de serie B anglosajonas y en filmes de monstruos japoneses de los años sesenta y setenta para construir pequeñas maquetas con figuras de plástico de soldados, animales, etcétera, y Manuel Vilariño utiliza elementos insólitos como el pimentón y los pájaros para construir un peculiar universo personal con el símbolo de la cruz como elemento omnipresente.

En una exposición sobre excentricidades no podía faltar la presencia de Nacho Criado, un artista que nunca ha logrado ser encasillado y que sigue moviéndose con soltura por terrenos tan diversos como el conceptualismo, el arte povera y el minimal, con la ironía como poderosa arma de destrucción masiva contra las ideas preconcebidas en el mundo del arte. El catálogo de excéntricos lo completan Isidoro Valcárcel, Miguel Copón, Javier Baldeón, Pedro G. Romero, Josechu Dávila, Jacobo Castellano, Cristian Domecq, Elena Asins y Marcelo Expósito.