Piqué rechaza el traspaso a las autonomías de competencias exclusivas del Estado

El presidente del PP de Cataluña y responsable de fijar la posición del partido respecto al modelo autonómico en el próximo congreso nacional, Josep Piqué, adelantó ayer que su formación pondrá como límite a la reforma de los estatutos que el debate no se "pierda" en cuestiones nominalistas, se garantice el respeto a la Constitución y que ésta no quede "desvirtuada" a través del artículo 150.2, que permite la transferencia a las autonomías de competencias de titularidad estatal. Piqué se mostró contrario a que el nuevo Estatut defina Cataluña como una nación.

En declaraciones a TVE, Piqué reconoció que hay otros gobiernos regionales del PP que también plantean reformas estatutarias, por lo que ya "nadie" cuestiona que debe alcanzarse "un consenso interno" para llevar a cabo modificaciones, eso sí, con "el límite" de la Carta Magna.

El líder catalán del PP advirtió contra algunas autonomías, como por ejemplo Cataluña, que quieren utilizar la vía del artículo 150.2 para asumir más competencias. "Si eso se utiliza con liberalidad, al final lo que haces es desvirtuar el título VIII de la Constitución", manifestó. Piqué obvió que fue precisamente el primer Gobierno del PP el que permitió que los Mossos d'Esquadra asumieran las competencias del tráfico en Cataluña en aplicación de este mismo artículo constitucional.

En este contexto autonomista, Piqué añadió que el proceso de reformas de Estatuto tampoco debería hacer que los políticos se "perdiesen en debates nominalistas, semánticos o existencialistas". Así, se refirió al concepto de Cataluña como nación, y matizó que hay catalanes que asumen esa afirmación, aunque no todos. "¿Cataluña es una nación?", se preguntó. "Para muchos catalanes sí, para otros no; para muchísimos españoles, su nación es España. A mí me parece que las instituciones no son el ámbito en el que debamos enfrentar sentimientos. Por eso la Constitución es tan ambigua en ese terreno", apostilló.

La solución, a juicio de Piqué, pasaría por mantener la actual ambigüedad y dejar los artículos de la Constitución y del Estatut en su actual redactado. "El debate de la nacionalidad se ha obviado durante mucho tiempo. No nos compliquemos la vida en cosas que al final no tienen ningún efecto sobre los ciudadanos", añadió.

Piqué admitió que alberga "enormes dudas" sobre las posibilidades de que se apruebe un nuevo Estatut en esta legislatura, dadas las "contradicciones" en el seno del tripartito. "Veo enormes diferencias de fondo entre lo que pueda decir el PSC, ERC o ICV. Y luego veo a CiU enormemente radicalizada y muy reacia a asumir que tras gobernar 23 años, siendo ellos los que tenían el pedigrí nacionalista, no hayan reformado el Estatuto", afirmó.