La reforma del chequeo médico de empresa
Los nuevos exámenes de salud se orientan a la prevención individualizada de riesgos y enfermedades
Los reconocimientos médicos, ahora llamados exámenes de salud, que realizan los servicios de prevención de las empresas han cambiado sustancialmente en los últimos años. Mientras que antes se valoraba anualmente el estado de salud general con unas pruebas básicas, ahora se evalúa la salud en función de los riesgos asociados al puesto de trabajo, con pruebas específicas y una periodicidad variable. Más allá de los reconocimientos, los expertos aseguran que la prevención hoy empieza por la promoción de la salud mediante la educación y el consejo médico. Se abre así una nueva etapa en la que el paciente también es parte activa y responsable de su salud.
La Ley 31 de Prevención de Riesgos Laborales de 8 de noviembre de 1995 y el Reglamento de los Servicios de Prevención (Real Decreto 39 de 17 de enero de 1997) constituyen los dos pilares básicos de la legislación. En dichas normas se recoge el deber del empresario de proteger a los trabajadores frente a estos riesgos, mediante la adopción de las medidas necesarias (evaluación de riesgos, vigilancia de la salud o formación, entre otras) y se establece la colaboración de los servicios de prevención de las empresas con el Sistema Nacional de Salud.
"La colaboración entre médicos de atención primaria y de empresa está por desarrollar"
"Antes se intentaba curar los accidentes laborales; ahora, minimizar el riesgo"
"Con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el Reglamento de los Servicios de Prevención, la labor de los servicios médicos ha dado un giro extraordinario. Antes se intentaba curar los accidentes que se producían en el trabajo; ahora, lo que se hace fundamentalmente es controlar las medidas de seguridad y minimizar el riesgo", dice Javier Sánchez Lores, coordinador de Medicina de Trabajo de Repsol YPF en España.
Los nuevos reconocimientos médicos constituyen una de las actividades principales de la vigilancia de la salud del trabajador. Para ello, el Ministerio de Salud y Consumo, con el consenso de las comunidades autónomas y agentes sociales involucrados, ha elaborado una serie de protocolos específicos que los servicios de prevención de las empresas utilizan como guía. En la plantilla de Repsol YPF, multinacional española que sólo en España está integrada por unos 16.000 empleados (empleados de refinerías, comerciales, expendedores de gasolina y personal de oficinas, entre otros), se utiliza la mayor parte de los 19 protocolos que ya ha elaborado Salud.
"Los empleados que están en contacto con sustancias químicas tienen un protocolo en el que se buscan índices biológicos y afectación de órganos diana para comprobar si el trabajador ha estado expuesto a estas sustancias nocivas; los expendedores de gasolinera tienen un protocolo mixto, por riesgo de sustancias químicas y por riesgo de esfuerzos, problemas ergonómicos o cambios de turnos; los de oficinas tienen riesgos osteomusculares, estrés laboral o aquellos derivados de la utilización de pantallas de datos", explica Sánchez Lores.
Uno de los sectores que vive con más rotundidad los cambios de la prevención de riesgos laborales es el de las empresas que se dedican a estos servicios y las mutuas laborales. "Desde que se empezó a aplicar la normativa vigente de las mutuas, hecho que debería haberse producido en enero de 1998 pero que se ha prorrogado hasta enero de 2003, no podemos hacer reconocimientos médicos generales no específicos que antes iban con cargo a las cuotas", indica Antonio de Cos, director del departamento de Medicina del Trabajo de Fraternidad Muprespa, mutua de accidentes laborales y enfermedades profesionales asociada a la Seguridad Social.
A juicio de De Cos, "este matiz es importante, ya que ahora el empresario que no disponga de servicio de prevención propio tiene que contratar un servicio de prevención, por el que tiene que pagar para que realice los reconocimientos específicos y, además, al trabajador no pueden hacerle ciertas pruebas que antes se incluían en el reconocimiento general con cargo a las cuotas profesionales. Sin embargo, si las cosas se hacen bien y cuando todo esté armonizado", matiza, "los empleados estarán más protegidos frente al riesgo laboral".
La prevención de riesgos en los trabajadores sanitarios es un desafío permanente para los dos servicios médicos implicados en ella, el de Medicina Preventiva y el de Prevención de Riesgos Laborales. De entrada, los reconocimientos previos a la incorporación al trabajo de los sanitarios son muy exhaustivos. Consisten en una exploración psicofísica rigurosa en la que se realiza una prueba de adaptación al puesto de trabajo, analítica de sangre y orina, con determinación de anticuerpos, comprobación del calendario vacunal y anamnesis (peso, talla, fondo de ojo, estado de la piel), explica Vicente Pastor, jefe de servicio de Medicina Preventiva y coordinador del servicio de Prevención de Riesgos Laborales del hospital de la Princesa de Madrid.
"Entre las acciones preventivas que desarrollamos, destacan la distribución de normas de obligado cumplimiento, como pautas de actuación para no pincharse o aplicación de las precauciones universales de prevención de infecciones. Estas pautas implican que los trabajadores de la salud tienen que protegerse como si todo enfermo fuera potencialmente transmisible y, por tanto, la obligación del profesional es protegerse como si lo fuese. El servicio de mayor riesgo de un hospital es el de Urgencias, los médicos los que más se cortan, y las enfermeras las que más se pinchan", señala Pastor, que también es profesor de Economía de la Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
Según los especialistas, hay dos temas pendientes que se deberían agilizar: instaurar el mecanismo de intercambio de información entre el médico de atención primaria y los servicios de prevención de las empresas y la puesta en marcha del Sistema de Información Sanitaria de Salud Laboral (SISSL), herramienta informática con un sistema de accesos, que tiene entre sus objetivos el mejorar el conocimiento de los problemas de la salud y de exposición de riesgos de los trabajadores.
"Todavía no se ha desarrollado el modo de colaboración entre los médicos de atención primaria y los de empresa, a pesar de que así lo indica el artículo 38 del Reglamento de los Servicios de Prevención. También estamos pendientes de que el Sistema de Información Sanitaria de Salud Laboral empiece su actividad", advierte Sánchez Lores, que además es presidente de la Asociación Española de Especialistas de Medicina del Trabajo.
Fuentes del Ministerio de Salud y Consumo informan de que, de momento, no está previsto establecer un sistema de comunicación entre ambos facultativos. En cuanto a la puesta en marcha del SISSL, ya está listo para su utilización (diseñados los contenidos de las informaciones y la aplicación informática que le dará soporte), pero no podrá empezar a funcionar hasta que no se actualicen dos temas que inciden directamente en él: el Sistema de Notificación y Registro de la Enfermedad Profesional (listado de enfermedades, procedimientos de declaración y registro) y el de la Red de Vigilancia en Salud Pública, que se retomarán este otoño.
Hacia el control de parámetros
Además de los reconocimientos médicos preventivos, los especialistas en medicina del trabajo abogan por la promoción de un estilo de vida saludable. La prevención empieza por la educación y la promoción de la salud como herramienta básica para mejorar las capacidades físicas y personales del individuo y aumentar su longevidad.
En un artículo publicado en el Annual Review of Public Health de 2004, el prestigioso profesor de Salud Pública norteamericano Lester Breslow introduce un nuevo concepto, "la tercera revolución en salud", e indica que en el nuevo milenio los profesionales deben atender a sus pacientes en las enfermedades, pero también han de aconsejarles y controlar una serie de parámetros en respuesta a las nuevas demandas individuales en las que la sociedad quiere vivir más tiempo y en mejores condiciones.
Para esta nueva era, Breslow establece tres tipos de parámetros: físicos, mentales y sociales. Entre los físicos señala que se debe mantener un índice de masa corporal (peso, en kilogramos, dividido por la altura en metros al cuadrado) de entre 20 y 25, pasear alrededor de un kilómetro y medio al día, conseguir un nivel de azúcar en sangre de entre 80 y 100 miligramos por decilitro y estar vacunado contra la gripe. Entre los parámetros mentales, subraya la importancia de ejercitar la memoria, y entre los sociales, el mantener una buena red de familiares, amigos u otros grupos cercanos.
"En España, esta nueva etapa, con la que los médicos coincidimos plenamente, también ha empezado, pero quizá falte establecer los parámetros que se deben promover y controlar. Aun así, ya se han creado muy buenos programas de prevención en atención primaria, y existe una creciente sensibilización por parte de la población por el cuidado de la salud", explica Josep Vaqué, jefe de servicio de Medicina Preventiva del hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
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