La imagen de la naturaleza

Leopardos, rinocerontes, gorilas, zorros, pelícanos, ballenas, el esplendor y la fiereza de la naturaleza se muestra desde ayer y hasta el próximo 15 de octubre en la sala de exposiciones del Archivo Foral de la Diputación de Vizcaya (María Díaz de Haro, 11), en Bilbao. Las fotografías proceden del concurso Wildlife Photographer of the Year, del que se exponen 83 fotografías seleccionadas de entre las más de 20.500 que se presentaron al certamen del año pasado procedentes de 62 países. Además, se ha editado un catálogo con las imágenes que estará a la venta en la sala (12 euros).

El concurso Wildlife Photographer of the Year, organizado por el British Museum y la revista BBC Wildlife, se realizó por primera vez en 1964. En su larga historia ha reflejado todas las caras de la naturaleza y sus criaturas, incluida el ser humano, aunque cada año sorprende con escenas desde ángulos nuevos o situaciones distintas.

En las fotografías que se muestran en Bilbao hay animales exóticos y salvajes, pero también un simple jilguero entre ramas secas, captado por el fotógrafo francés Frédéric Larrey, o una familia de golondrinas comunes, del finlandés Hannu Hautala.

Cada imagen dispone de una ficha con su explicación, en euskera y castellano, y las especificaciones de la cámara y los accesorios que se utilizaron para tomarla.

Los fotógrafos que reúne la muestra del concurso Wildlife han captado puestas de sol, reflejos del mar, brillos otoñales, prados en primavera, fondos marinos, auroras boreales y los distintos rostros de los animales: momentos tiernos de madres con hijos Grulla gris con su polluelo, del estadounidense Michael Forsberg y otros salvajes como Guepardo cazando su impala, tomada en Suráfrica por el italiano Claudio Calosi, o Águila esteparia disputando su presa con un marabú africano, hecha al alimón por la estadounidense Yva Momatiuk y el neozelandés John Eastcott.

Pero estas imágenes, siendo duras, no son nada en comparación a las que reflejan la crueldad y lo implacable del ser humano, en una tala de la selva de Camerún, en unos leones del parque nacional del Serengeti, en Tanzania, rodeados de cientos de huellas de neumáticos de los vehículos de los turistas o en un oso pardo abierto en canal como trofeo.