Alitalia despedirá a 289 pilotos como parte del plan de salvación

Los pilotos de Alitalia trabajarán más y cobrarán menos. El acuerdo firmado con la dirección de la compañía prevé un salario variable según la productividad (para mantener los actuales ingresos tendrán que volar 900 horas al año, el doble que hasta ahora), una jornada más larga, de hasta 14 horas de vuelo en un solo día, y menos vacaciones.

El "pacto de austeridad" de los pilotos, que aceptan además 289 despidos, supondrá para la compañía un ahorro anual de 52 millones de euros, y abre paso a la siguiente fase de la negociación, con los auxiliares de vuelo y con el personal de tierra. El administrador delegado de Alitalia, Giancarlo Cimoli, se declaró convencido de que podría evitarse la quiebra y de que se había dado un gran paso hacia "el relanzamiento de la empresa".

Los pilotos, conscientes de que la situación financiera de Alitalia, con pérdidas superiores a los 500 millones de euros en los dos pasados ejercicios, era insostenible, asumieron desde el principio el llamado "modelo Lufthansa" para reducir costes y mejorar la rentabilidad. Se comprometieron incluso a ejercer tareas que antes rechazaban como impropias de su puesto, como el control de la recarga de carburante o la supervisión de las tareas de mantenimiento en aeropuertos extranjeros.

Tenían, por otra parte, un margen de maniobra salarial (los ingresos medios son de 100.000 euros anuales) mucho mayor que el de los auxiliares y el personal de tierra, en cuyas filas abundan los contratos temporales y cuyos sueldos son muy inferiores. La negociación con estas dos categorías, iniciada ayer en mesas paralelas, se presentaba más difícil.

El Tesoro italiano, principal accionista de Alitalia, y la dirección de la sociedad iniciaron las conversaciones con el objetivo de despedir a 1.050 auxiliares y a unos 3.500 empleados en los distintos servicios de tierra, especialmente en mantenimiento de naves (1.440) y aeropuertos (900). Los sindicatos exigían, como condición previa, que el Estado ejerciera como "amortizador social" y reabsorbiera en otras empresas públicas a una parte importante de los despedidos de Alitalia.