El PSE considera agotada la legislatura e intensificará su control al Gobierno

El análisis efectuado por la ejecutiva del PSE-EE a su regreso de las vacaciones incluye la constatación de que la legislatura vasca está prácticamente agotada y su convencimiento de que las posibilidades que le quedan al Gobierno, centrado "monográficamente" en el plan Ibarretxe, de realizar lo no cumplido hasta ahora son prácticamente nulas. El Gobierno tiene seis proyectos de ley en tramitación en la Cámara, uno de ellos, el del Observatorio de Derechos Humanos, una de las estrellas de la legislatura, paralizado desde hace más de un año. Los socialistas opinan que el Ejecutivo no va a avanzar apenas nada más en el cumplimiento de los compromisos legislativos que contrajo para este mandato, gran parte de los cuales no ha podido materializar por su situación de minoría.

El PSE entiende que al Parlamento le quedan sólo tres meses de existencia útil esta legislatura: los que transcurran desde el 24 de septiembre, fecha del debate de política general, hasta la votación a finales de año de los presupuestos y de la propuesta de libre asociación del lehendakari y su Gobierno.

Más allá de esa fecha, enero es mes inhábil a efectos parlamentarios y febrero estará condicionado por la campaña y el referéndum de la Constitución Europea. En marzo, o abril como muy tarde, tiene que publicarse el decreto de disolución de la Cámara y la convocatoria de elecciones. Como mucho, Ibarretxe puede esperar al 18 de abril, 25 días antes de la expiración de su mandato.

En coherencia con este análisis, el grupo parlamentario socialista, que celebró su primera reunión el jueves pasado, se apresta a intensificar su labor de control y de petición de cuentas al tripartito, más allá de empeñarse en la presentación de nuevas baterías de iniciativas. "No es un inicio de curso de impulso y propuestas nuevas, sino de cierre de período", señalan fuentes del PSE.

Las claves en las que los socialistas se van a mover en esta recta final de la legislatura tendrán mucho que ver con la realización del balance al Gobierno, el control a sus actuaciones y el intento de hacer cuajar debates distintos al plan Ibarretxe.

"Por mucho que quieran hacer ya, las cosas están claras. Prácticamente están en estado de revista y se les puede hacer el balance de la legislatura entera. Ellos van a seguir empeñados en su tema, que es la propuesta soberanista, pero nosotros queremos que haya también otros", añaden dichas fuentes. El diálogo social, las víctimas del franquismo y las del terrorismo, la reforma del Senado o la Constitución Europea serán temas que los socialistas tratarán de impulsan, en el convencimiento de que ninguno de ellos será inducido por el Gobierno.

El Grupo Socialista tiene presentadas en el Parlamento cuatro de las seis proposiciones de ley que están en trámite en estos momentos. Salvo la que busca modificar las Ayudas de Emergencia Social, las otras tres están enfocadas al control del Ejecutivo y la transparencia. Una de las proposiciones de ley persigue una reforma parcial del Reglamento de la Cámara para establecer plenos de control cada quince días. Serían sesiones monográficas de interpelaciones y preguntas, que ahora ocupan el lugar de cola en los plenos ordinarios. El PSE quiere también que el lehendakari conteste personalmente cuando se le requiera en lugar de delegar las respuestas en sus consejeros.

Otra aspiración es crear una Oficina de Control Presupuestario, residenciada en la Cámara y dedicada a informar permanentemente a los grupos parlamentarios sobre la ejecución o la modificación de las cuentas. Otra de las iniciativas plantea varios cambios en la ley de Gobierno para estrechar el control sobre sus miembros. La última área de interés serán los medios de comunicación públicos, para los que el PSE ha planteado ya crear una ponencia parlamentaria que revise su acción y dictamine sobre su papel.