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Holanda atendió 16 peticiones de menores en un año

Isabel Ferrer

Pensada para los adultos en pleno uso de su potestad para reflexionar, la actual ley holandesa de la eutanasia incluye con cuidado en su texto a los menores de edad. Según la normativa vigente, cuando un niño enfermo tiene entre los 12 y los 16 años, sus padres tienen la última palabra, incluso si el pequeño hubiera solicitado poner fin a sus sufrimientos. En el tramo de 16 a 17 años, lo importante es la voluntad del paciente, y la opinión de sus progenitores es tenida en cuenta.

Según los médicos -que están siempre obligados por ley a informar a los comités que supervisan la ayuda a morir, además de a consultar con otro colega- los niños con enfermedades incurables son muy maduros emocionalmente. "Cuando piden acabar con sus padecimientos, muestran unas convicciones muy superiores a las esperadas por su edad", aseguran portavoces del Ministerio de Sanidad.

Conforme a datos extraídos de un informe oficial sobre la incidencia de la eutanasia infantil entre 2000 y 2001, un 15% de los médicos recibieron una demanda de esta clase. De las 63 solicitudes registradas en ese estudio, 16 fueron atendidas. Sólo uno de los casos se refería a un niño de 11 años, aquejado de un cáncer de tipo neurológico, que iba dejando de respirar por sí mismo. Sin posible cura ni oportunidades de una mejora, el chico prefirió pasar sus últimos momentos en casa con los suyos.

"No quería asfixiarse lentamente, y se trata de la única eutanasia practicada a un menor de 12 años, solicitada por él con el acuerdo posterior de los padres, de la que tengamos noticia", afirma la misma fuente sanitaria. El resto de los casos son clasificados por el informe en virtud del titular de la solicitud. Así, hubo 6 mayores de 12 años que pidieron la eutanasia: en su mayoría padecían cánceres de diverso tipo en fase terminal. Entre las eutanasias requeridas por los padres cuando el hijo estaba ya en situación desesperada (fuera en coma irreversible o tomando calmantes que les mantenían inconscientes), hubo 7 de niños menores de 12 años y dos en el grupo de 12 a 17.

En vigor desde 2001, la ley de la eutanasia cuenta en Holanda con el apoyo del 80% de la población. Los médicos están obligados a mantener un amplio diálogo con los pacientes y con los padres o tutores de los menores enfermos, antes de consultar con un colega. El acuerdo resulta indispensable, ya que los comités locales que investigan las eutanasias pueden informar de lo ocurrido al fiscal.

La ley no contempla la situación de los bebés o niños muy pequeños con malformaciones congénitas o escasas esperanzas de vida. La eutanasia es en estos casos ilegal y debe ser anunciada a los fiscales directamente, y no a los comités.

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