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Las recetas de fármacos sin marca alcanzan en tres años el 53,2%

El SAS afirma que ha ahorrado 48,8 millones gracias a la prescripción por principio activo

La Junta de Andalucía comenzó hace tres años una batalla para conseguir que los médicos receten medicamentos por el principio activo, sin el nombre comercial. Así se ahorra dinero porque los medicamentos con marca son más caros. En 2001, sólo el 0,35% de las recetas iba sin nombre comercial. Hoy el porcentaje alcanza el 53,2%, según el Servicio Andaluz de Salud (SAS), lo que ha permitido ahorrar 48,8 millones y moderar el galopante gasto farmacéutico.

La subdirectora de Prestación Farmacéutica del SAS, Alicia Aguilar, asegura que superar el 50% de recetas por principio activo supone "un ahorro y un cambio en la mentalidad de médicos, pacientes y farmacéuticos. El antiulceroso se llama Omeprazol, no Losec, y es más fácil que el paciente lo comprenda si va así en la receta". En las carreras de Farmacia y Medicina, el único nombre comercial que se usa es el de aspirina. Al Neobrufen contra el dolor, se le llama Ibuprofeno y al Gelocatil, Paracetamol.

La prescripción por principio activo incluye la dispensación de genéricos (medicamentos sin marca), pero es un concepto más amplio. Además de los genéricos, el farmacéutico puede dar cualquier medicamento con la composición que viene en la receta. Si el médico manda un Omeprazol, el boticario puede dispensar cualquiera de las decenas de presentaciones que existen (con marca o sin ella) siempre que estén por debajo de un precio fijado por el Ministerio de Sanidad.

Estos medicamentos no han demostrado ser equivalentes entre sí, aunque según Ángel Martín, director del laboratorio del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, en la práctica es irrelevante: "Sería preocupante si hablásemos de medicamentos con poco margen de seguridad, pero en la mayoría de los casos son fármacos muy conocidos y seguros". La patronal farmacéutica critica este sistema de cambio de medicamentos.

El sistema, implantado en septiembre de 2001 tras un convenio entre la Junta y el Colegio de Farmacéuticos, amplia el margen de maniobra al farmacéutico y reduce el del médico. Salud introdujo un sistema informático en los centros de atención primaria que convierte el nombre comercial en principio activo. Si el médico quiere volver a la marca, tiene que realizar unas operaciones complicadas.

Aguilar niega que la informática sea clave en el aumento de recetas: "Si los médicos no estuviesen convencidos, no habríamos llegado a superar el 50%. Nadie les obliga a utilizar el ordenador para recetar". Aguilar afirma que hay margen para que siga aumentando el porcentaje de recetas sin marca.

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El profesor de Farmacoeconomía de la Universidad de Málaga Antonio García Ruiz asegura que es positivo el aumento de recetas por principio activo: "Permite ahorrar dinero porque el Estado no paga medicamentos con marca que, a veces, son mucho más caros que otros y, además, se vuelve a hablar de principios activos".

Salud reconoce que una de las intenciones de la norma fue reducir la presión de la industria farmacéutica sobre los médicos del sistema público. Según fuentes del sector, la industria premia con viajes (a veces a congresos, otras de vacaciones) y regalos a aquellos médicos que recetan sus marcas, pese a que un código interno de la patronal farmacéutica lo prohíbe. Ahora, según Ruiz, la presión se traslada al farmacéutico, que consigue más ventajas de los laboratorios al elegir qué medicamento dispensa.

El cambio ha supuesto algunos problemas para los pacientes, acostumbrados durante años a tomar medicinas con marca. García Ruiz asegura que esto se solucionaría con aplicar lo que él define como bioapariencia: "Habría que armonizar los envases y la forma y colores de las pastillas por principio activo. Hay gente que lleva toda su vida con un fármaco contra la hipertensión de un color y no se le puede cambiar un día a una pastilla azul y al siguiente a una blanca, aunque el principio activo sea el mismo". Otras autonomías, como Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid, tienen acuerdos similares para fomentar la prescripción por principio activo. Andalucía tiene uno de los mayores porcentajes de receta sin marca y, desde hace años, un aumento del gasto farmacéutico inferior a la media.

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