"Soy un hombre muy aburrido"

Pregunta. ¿Quién es Anders Dahlvig?

Respuesta. Tengo 47 años, estoy divorciado, con dos niños de nueve y cuatro años y medio, y vivo en el sur de Suecia, donde nací. Mi madre era bibliotecaria y mi padre, maestro.

P. ¿Su mujer se fue porque no soportaba ni un minuto más los muebles de Ikea?

R. No. Es que era mucho esfuerzo compaginar el trabajo con la vida matrimonial.

P. Objetivo empresarial: "Crear un mejor día a día para la mayoría de las personas". ¿Va de Teresa de Calcuta?

R. Sí. Podría decirse eso.

P. ¿Y se siente culpable ante hechos como la inauguración de la tienda en Arabia Saudí, con una avalancha que dejó dos muertos?

R. Es algo que lamento y que me afecta personalmente. Estamos analizando lo que ha pasado para tratar de evitar hechos similares.

P. ¿Qué estilo de decoración le gusta?

R. El estilo escandinavo, de colores ligeros, con mucha luz.

P. ¿Tiene dinero suficiente para no tener que amueblar su casa en Ikea?

R. [Ríe]. No. Para eso necesitaría más.

P. No me dirá que su hogar es Ikea puro.

R. Un 50 por ciento, sí. El otro 50 por ciento proviene de la competencia.

P. ¿Le montan los muebles o lo hace usted solito, con el paquetito plano y todo desarmado, como se lo dan en la tienda?

R. Antes me los montaba mi mujer. Ahora tengo que hacerlo yo.

P. ¿El secreto del precio de sus productos es que duran dos telediarios?

R. Yo creo que duran el tiempo que la gente me pide que duren. No es necesario tener un sofá que resista cincuenta años. Si es para que aguante sólo veinte, lo puedes hacer más barato.

P. ¿Usted ve una cómoda Luis XV y se desmaya de agobio?

R. Sí.

P. ¿Por cuánto me pone una casa de cien metros completita?

R. [Segundos de cálculo mental] Por 5.000 euros.

P. Aseguran que el catálogo de IKEA es la publicación de mayor tirada del mundo, por encima de la Biblia. ¿Cuál de las dos contiene más verdades reveladas?

R. Yo no soy muy religioso. Por eso casi le diría que el catálogo de Ikea.

P. Dicen cuidar mucho a los empleados. ¿Son ustedes unas madres para ellos?

R. Pues un poquito, sí.

P. ¿A un empleado contento se le exprime mejor?

R. Sí. Absolutamente.

P. ¿Le gusta el trato con la gente?

R. Me interesa. Me gusta mirarla a los ojos y tener una buena disposición hacia ella.

P. Tiene previsto duplicar la plantilla en cinco años. ¿Puedo darle el currículum de un primo mío en paro a ver si me lo coloca?

R. Por supuesto que sí.

P. Habla de una "forma de actuar humilde, humana y con conciencia de costes". ¿Cómo se prepara ese cóctel?

R. Ser consciente de los costes y ser humilde son dos cosas que se compaginan bien. Como empresa y como directivos, tener muy pocos gastos -no utilizamos ni helicópteros, ni hoteles caros, ni coches grandes-. Y ser humilde también es muy humanístico, porque quiere decir que respetamos a la gente.

P. Mucho humanismo y mucha humildad. Pero han sido acusados de hacer demasiados contratos basura.

R. Si hay empleados que se quejan de sus contratos, tendremos que considerarlo más profundamente, porque no deberían tener que lamentarse de sus sueldos.

P. En 1983 Ikea tuvo 310 millones de visitantes en 31 países. ¿A cuántos saludó?

R. A cinco. Y eran todos parientes.

P. ¿A qué juega?

R. Soy un hombre muy aburrido, que juego mucho con mis hijos y sigo jugando con los Lego. Así he vuelto a mi niñez.

P. Pues sí que es aburrido: entiendo a su ex mujer y, además, no le auguro ningún futuro brillante en el ligue.

R. Por supuesto que no estoy de acuerdo. Soy muy optimista en el tema de ligar.