Nueve meses de suciedad
Basauri amaga con volver a asumir el servicio de limpieza de edificios públicos ante la prolongada huelga en la empresa concesionaria
La huelga de la limpieza de edificios públicos de Basauri se prolonga ya desde enero sin que se vislumbre una solución. Tras las vacaciones, las 55 empleadas de la empresa FCC, adjudicataria hasta diciembre de la contrata municipal, han decidido proseguir la movilización que iniciaron el 13 de enero en demanda de la práctica equiparación salarial con los funcionarios. Los servicios mínimos han mantenido a punto este verano los colegios de Basauri, pero con el regreso a las aulas de sus 2.800 alumnos volverán a ensuciarse. Y los padres mandarán a sus hijos a clase con la misma preocupación que antes del verano.
El equipo de gobierno de este este municipio vizcaíno de 45.000 habitantes ha encargado un estudio para determinar el número de personas que sería necesario para municipalizar de nuevo este servicio de limpieza. Tras casi nueve meses sin visos de solución, el Ayuntamiento plantea ahora la convocatoria de una oferta pública como la única salida posible al conflicto planteados por los sindicatos ELA y ESK. "No sería una oferta restringida sólo para las actuales trabajadoras, sino una oferta pública, donde todos los ciudadanos tuvieran el mismo derecho a concurrir", apuntó un portavoz de Alcaldía, dirigida por el PNV.
La Alcaldía ve "raro" que ELA sólo haya impulsado en Basauri la huelga de las empleadas de FCC
La eliminación de las subcontratas en las administraciones públicas ha sido uno de los caballos de batalla de la lucha sindical de ELA. Pero la remunicipalización del servicio en Basauri podría destruir empleos, si se demuestra que un menor número de operarios puede efectuar el mismo trabajo. Aunque no pertenecen a la plantilla del Consistorio, las empleadas mantienen un acuerdo de subrogación, lo que garantiza el mantenimiento de sus puestos con cualquier empresa que consiga el servicio, Así, algunas mujeres llevan más de 25 años limpiando los edificios públicos de Basauri tras haber dependido de varias empresas.
Para Jon Azpitarte, representante de la Federación de Servicios de ELA en la comarca de Ibaizabal-Nervión, el anuncio de la OPE representa un "intento de intimidar" a las huelguistas. "En la oferta pública, el Ayuntamiento puede dar prioridad a las trabajadoras con más experiencia", puntualiza. Y avisa que, "en cualquier caso, la huelga continuará si las empleadas pierden sus puestos".
Desde enero, todos los grupos municipales de Basauri, salvo el edil de Ezker Batua-Berdeak (EB-B), se han negado en redondo a negociar con las huelguistas, al entender que son trabajadoras ajenas al Consistorio y deben resolver sus reivindicaciones con su empresa. El concejal de EA Alex Cerdeño, delegado de Deportes defiende junto al PNV el lanzamiento de una OPE. Su nombre ha aparecido durante esta huelga en varias pintadas amenazantes, junto a los del alcalde, el peneuvista Rafael Ibargüen, y el ex portavoz de las Asociaciones de Madres y Padres de los colegios públicos, Erlantz Bikandi.
La prolongación de este paro contrasta con la duración limitada -un mes- de la huelga que mantuvieron los empleados de Ferroser, la compañía encargada de la recogida de basuras y limpieza viaria de Basauri. En marzo, la acumulación en las calles de 484 toneladas de desperdicios precipitó la intermediación del Gobierno vasco y favoreció el acuerdo entre la empresa y los sindicatos CGT, CC OO, USO y ELA. Los operarios de Ferroser, con sueldos de más de 21.000 euros al año, reclamaban una actualización del convenio. Las empleadas de FCC, con salarios de 637 euros al mes (12.000 euros anuales), exigen una nómina mensual de 900 euros, ligeramente por debajo de lo que perciben los funcionarios que realizan su mismo trabajo.
El representante de ELA está convencido de que la negativa del alcalde a negociar con las huelguistas responde a una consigna "política" de la Asociación de Municipios Vascos-Eudel, que se ha posicionado públicamente en contra de que los ayuntamientos vuelvan a hacerse cargo directamente de la prestación de estos servicios. Desde la Alcaldía consideran "raro" que ELA sólo haya emprendido esta huelga en Basauri, mientras que las empleadas de FCC en otras localidades han firmado el convenio provincial del sector.
Pero la falta de limpieza continuada termina por hartar al ciudadano de a pie. Desde enero, las fachadas de los centros culturales y deportivos de Basauri, donde el Departamento de Trabajo no ha decretado servicios mínimos, se encuentran cubiertas de pintadas y carteles alusivos al paro y las instalaciones interiores están cada vez más sucias. Salvo en el mes de agosto, los sabotajes en las entradas de los edificios públicos se han sucedido casi a diario y han ocasionado cuantiosos daños. Pese a ello, el Ayuntamiento mantiene abiertos estos complejos en un intento, según afirma un portavoz oficial, de "recortar el mínimo posible los derechos de la gente".
En los colegios, la huelga de las trabajadoras sitúa en la cuerda floja el derecho de los niños a recibir una educación digna. Un estudio elaborado este verano por las Asociaciones de Madres y Padres (Ampas) de estos centros ha revelado que, durante el primer semestre del año, en algunas escuelas se llegaron a contabilizar hasta 400 horas de clase perdidas.
Según Julio Villacieros, uno de los portavoces de las Ampas, resulta "sorprendente" el número de escolares que durante el pasado curso escolar faltaron a clase o tuvieron que doblar su medicación por los ataques de asma, alergias u otros males derivados de forma directa o indirecta de la falta de higiene. "Los padres y madres estamos indignados, porque nuestros hijos empezarán otra vez el curso sin que nadie haya encontrado una solución a la huelga. Los servicios mínimos se han podido mantener durante el verano, pero los colegios llevan mucho tiempo sin una limpieza general y eso tiene que notarse", advierte Villacieros.
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