Las capitales rechazan ayudar a los clubes con operaciones urbanísticas

Los ayuntamientos de las tres capitales vascas han echado el freno a los intentos de los principales clubes profesionales de obtener ingresos atípicos mediante concesiones urbanísticas. La Real Sociedad, el Athletic y el Baskonia han pretendido sacar adelante ambiciosos proyectos arquitectónicos -la ampliación de Anoeta y San Mamés y la nueva ciudad deportiva del TAU, respectivamente- con las plusvalías obtenidas en operaciones inmobiliarias con suelo municipal. Pero se han encontrado con la negativa de los ayuntamientos a favorecer los intereses de entidades privadas.

Los ayuntamientos de San Sebastián, Bilbao y Vitoria no han caído en la tentación de satisfacer a cualquier precio las apetencias de crecimiento de la Real Sociedad, el Athletic y el Baskonia. Poniendo como señuelo el respaldo social que poseen, y con el pretexto de mejorar la imagen de sus ciudades, las tres entidades han tratado de conseguir favores administrativos en los despachos municipales para financiar ambiciosas mejoras en sus instalaciones. El procedimiento en todos los casos, salvando pequeñas diferencias, consiste en recibir los permisos urbanísticos necesarios para edificar en suelo público y financiar la operación mediante la creación de nuevos usos.

El caso más llamativo es el de la Real con su Gipuzkoarena. Con este nombre se ha bautizado el proyecto para agrandar el estadio de Anoeta, un equipamiento de titularidad municipal construido en 1993. La entidad txuriurdin propuso al Ayuntamiento construir un campo de fútbol nuevo, sin pistas de atletismo y con capacidad para 42.000 personas. El recinto estaría soportado en sus esquinas por cuatro torres -una de 19 alturas y el resto, de 12- que albergarían un hotel, oficinas y otros usos. El coste de la obra, 102 millones, serían financiados con la explotación de los 68.000 metros cuadrados para usos lucrativos que se obtendrían con la ampliación.

En su redacción original, el Gipuzkoarena contemplaba incluso la posibilidad de albergar hasta 200 viviendas. La Real lo achacó a un error no intencionado, que tuvo que subsanar. Aunque la Real ha retocado después el proyecto, rebajando su coste (85 millones) y reduciendo los espacios para usos terciarios, el Ayuntamiento no se ha plegado a las aspiraciones de la sociedad anónima deportiva presidida por José Luis Astiazaran. El alcalde, Odón Elorza, no ve clara la operación -ha repetido que el Gipuzkoarena no es transparente- y acaba de sentar las bases jurídicas y económicas que admitirían una reforma de Anoeta. No permitirá una concesión directa a la Real, sino que abrirá un concurso público una vez demostrada, con estudios, la necesidad de aumentar en 10.000 localidades el aforo del estadio.

La Diputación guipuzcoana, gobernada por el PNV y EA, no ha fijado su posición, aunque al inicio del proceso, el diputado general, Joxe Joan González de Txabarri, se mostró partidario de satisfacer las demandas de la Real. Sin embargo, entre los dos partidos nacionalistas no hay sintonía respecto al Gipuzkoarena, como se ha puesto de manifiesto en el seno de la coalición PNV-EA en el Ayuntamiento. Los peneuvistas no oponen mucha resistencia a las pretensiones de la Real, mientras que los ediles de EA han dejado claro que no asumen el proyecto, ni siquiera con las últimas modificaciones. La misma opinión contraria al plan mantienen en privado algunos diputados de esta formación.

El Athletic libra otro pulso con el Consistorio bilbaíno a cuenta del nuevo San Mamés. La directiva saliente, presidida por Ignacio Ugartetxe, tanteó la posibilidad de reservar una gran parcela situada en la antigua Feria de Muestras para construir la nueva Catedral. El alcalde, Iñaki Azkuna (PNV), rechazó esa pretensión, que hipotecaría la reordenación urbanística del área de Basurto-Olabeaga: El Ayuntamiento ofrecía ampliar hasta 41.500 metros cuadrados la superficie del campo (actualmente 21.500), mientras que la entidad rojiblanca reclamaba más de 50.000 metros cuadrados. Ahora, en plenas elecciones a la presidencia del Athletic, el alcalde ha recordado a los tres candidatos que "las competencias de Urbanismo las detenta el Ayuntamiento, que es quien toma las decisiones". Azkuna se decanta por abordar una remodelación del actual campo o construir uno nuevo en Artxanda.

En Vitoria, el Baskonia también intentó obtener ventajas del Ayuntamiento mediante la compra, a precio de favor, de unos terrenos municipales anexos al Buesa Arena, donde pretende construir su ciudad deportiva. Advertido por los servicios jurídicos municipales de la ilegalidad de una venta directa, el alcalde, Alfonso Alonso (PP) convocó un concurso público para adjudicar las parcelas. El club baskonista, único aspirante a la postre, se adjudicó los 50.000 metros cuadrados que rodean al pabellón por ocho millones de euros. En la zona de Salburua, edificará su ciudad deportiva, un proyecto valorado en 18 millones que la entidad de Josean Querejeta financiará con los beneficios de la venta de 150 apartamentos tutelados para mayores, la construcción de un centro comercial y la venta a la Caja Vital de una parcela para ubicar sus servicios generales.