Yo estuve allí
Yo quisiera contestar a la carta titulada Irak y las protestas contra Bush de su edición del 2 de septiembre.
El pasado día 29 de agosto yo trabajé como voluntario en la manifestación convocada por la organización Unidos por la Paz y la Justicia en las vísperas de la convención republicana.
En aquella carta yo creo que se pecaba de cierto desdén hacia el pueblo americano, al considerar que la única causa de las protestas eran los caídos del Ejército americano. En la manifestación no sólo se denunciaban las muertes de los soldados americanos con ataúdes cubiertos con la bandera americana, sino también la muerte de civiles iraquíes con ataúdes cubiertos de negro. También se protestaban las violaciones de los derechos humanos. Yo vi mumerosísimas alusiones a los casos de torturas en la prisión de Abu Ghraib. Hubo una pancarta llena de ironía en la que se leía "compassionate conservative" (conservador compasivo) junto a una foto de un preso iraquí desnudo siendo amenazado por soldados americanos con los ladridos de un pastor alemán. También se criticó con total contundencia la política del presidente Bush, es más, el lema de la protesta fue "Decimos no a la política del presidente Bush".
El día 29 de agosto de 2004 se reunieron entre 120.000 (según la policía) a 500.000 personas (según los organizadores) en las calles de esta gran ciudad de Nueva York. ¿Vamos a negar a todas esas personas la decencia que de hecho tienen? ¿Vamos a negar que esas personas en verdad sienten y sufren la desgracia del pueblo iraquí, o del pueblo palestino, o de los que están afectados por el virus del sida en países tercermundistas? Sobre este último ejemplo, algunos activistas lo denunciaron ayer mismo en el interior del Madison Square Garden durante uno de los discursos de la convención, ocasionando un tumulto de sillas, activistas y agentes secretos que aplacaron sus consignas al ser éstos arrestados.
Es muy fácil criticar al pueblo americano desde fuera de América, yo mismo lo he hecho. Ahora que resido en Nueva York desde hace siete años tengo que decir que el hartazgo causado por la Administración de Bush es generalizado, y que de hecho un gran sector del pueblo americano se siente responsable de las atrocidades que su Gobierno comete en el resto del mundo.
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