Clinton es internado de urgencia para ser operado del corazón
Los médicos colocarán un 'bypass' cuádruple al ex presidente de EE UU
El ex presidente de EE UU, Bill Clinton, de 58 años, fue internado ayer de urgencia en un hospital de Nueva York después de haberse quejado de dolores en el pecho. Está previsto que sea operado hoy para implantarle un cuádruple bypass. Su esposa, Hillary Rodham Clinton, dijo que el ex presidente ingresó el viernes por la mañana en el hospital Presbiteriano de Nueva York, "uno de los mejores centros sanitarios del mundo".
El jueves, al notarse mal, "con dolores no demasiado fuertes en el pecho e insuficiencia respiratoria", Clinton decidió que no viajaría con su esposa para asistir al acto que se celebraba al día siguiente en el norte del Estado. Se dirigió en cambio al Centro Médico Westchester de Valhalla, cerca de su residencia, situada fuera de Nueva York. "Hablé con él por teléfono y me dijo que volvió a dormir a casa, que estaba bien y que no me preocupara".
Pero ayer, según relató la ex primera dama en el acto al que estaba previsto que asistieran juntos, "en un nuevo reconocimiento", las pruebas que le hicieron descubrieron problemas coronarios y lesiones diversas, por lo que los médicos determinaron la necesidad de cirugía. "Le dijeron que tenían que hacerle un bypass tan pronto como fuera posible". El ex presidente se quedó ya ingresado -"está en excelentes manos", dijo su mujer- y se prepara, en principio, para la intervención de hoy. Tanto Hillary Clinton como su hija, Chelsea, viajaron rápidamente a Nueva York para acompañarle.
Una operación de bypass es necesaria cuando una arteria está obstruida y no deja que el corazón bombee bien la sangre al organismo. La operación, muy frecuente y relativamente poco peligrosa, consiste en salvar la obstrucción injertando un trozo de otra arteria o vena para dar un rodeo y esquivar el bloqueo. Si se confirma que es un bypass cuádruple, significa que hay cuatro obstrucciones distintas.
Clinton, que fue presidente de Estados Unidos durante dos mandatos consecutivos entre 1992 y 2000, hace ejercicio con frecuencia y ha perdido peso en el último año, después de haber engordado notablemente al dejar la Casa Blanca. Lleva una vida activa e intensa, con intervención en actos políticos de apoyo a su mujer, la senadora Clinton, y al candidato demócrata John Kerry.
No se le habían detectado problemas de corazón en las revisiones médicas anuales que los presidentes tienen en el Hospital Naval de Bethesda, en Washington, aparte de un nivel elevado de colesterol.
En junio presentó su libro de memorias My life, y desde entonces alterna los actos de presentación con algunas intervenciones políticas. En la convención demócrata de Boston, a finales del pasado julio, habló en la noche de apertura para apoyar a John Kerry y dijo que sería "un soldado de infantería en su campaña" electoral.
John Kerry, el candidato demócrata, aprovechó el mitin de campaña que estaba dando en Ohio para anunciar que la situación de Bill Clinton no es preocupante, para desearle lo mejor y para pedir a los asistentes "un aplauso que lo oiga en el hospital". También el presidente Bush, en otro mitin en Wisconsin, dijo ante los aplausos de los asistentes que todos "elevaban sus plegarias y expresaban sus deseos de una pronta recuperación".
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