El candidato de Putin gana las presidenciales de Chechenia
Un terrorista suicida se inmola cerca de un colegio electoral en Grozni
Los comicios para elegir nuevo presidente del régimen prorruso de Chechenia transcurrieron ayer con menos incidentes de los previstos, aunque un terrorista se inmoló cerca de un colegio electoral en Grozni, la capital de la pequeña república norcaucásica. El general Alú Aljánov, al que el Kremlin presta todo su apoyo, fue dado ayer como ganador por los primeros datos parciales. Los resultados definitivos se conocerán hoy.
El incidente más grave se produjo cerca de las 9.30 de la mañana (dos horas menos en la España peninsular), cuando un joven se acercaba a la mesa electoral número 369 de Grozni, ubicada en la céntrica calle Griboyédov, donde la gente había empezado a votar a las ocho. A unos policías que hacían guardia en el lugar les pareció sospechoso un paquete que llevaba el hombre y cuando le pidieron que mostrara sus documentos y se identificara, el desconocido echó a correr. A los pocos segundos se produjo una explosión, que dejó una sola víctima: el mismo terrorista frustrado. Salamú Vajídov, portavoz de la comisión electoral de Chechenia, aseguró que la explosión "no influyó en el proceso de votación". Los primeros resultados parciales daban como ganador absoluto a Aljánov.
Los comicios, a los que ni la OSCE ni el Consejo de Europa enviaron observadores, se realizaron bajo un gran despliegue de seguridad, motivado por los temores de que la guerrilla chechena tratara de impedir que la gente acudiera a las urnas. Todos tenían presente tanto el ataque separatista a Grozni lanzado hace nueve días como la doble tragedia aérea ocurrida el martes por la noche como consecuencia de sendos atentados terroristas. De ahí que los colegios electorales estuvieran protegidos por un doble cordón de seguridad, compuesto de agentes equipados con detectores de metales y de explosivos.
Unos 17.000 efectivos velaron por el orden público y los militares tomaron bajo su control todas las infraestructuras vitales de Chechenia mientras los cerca de 70.000 uniformados que están desplegados en Chechenia eran puestos en estado de alerta máxima.
Alta participación
La participación, según los datos oficiales, ha sido alta: cerca del 80% de las 587.000 personas con derecho a voto acudieron a las urnas para elegir al hombre que ocupará el puesto de Ajmad Kadírov, el anterior presidente. Ese antiguo mufti y ex independentista pereció en un atentado con bomba el 9 de mayo pasado en el estadio de Grozni durante los festejos que conmemoraban la victoria soviética sobre la Alemania nazi.
Los siete candidatos que competían ayer son todos prorrusos; entre ellos no hay ningún partidario, ni siquiera moderado, de la independencia de Chechenia. Los separatistas consideran que los comicios son una verdadera farsa, opinión que es compartida por muchos observadores.
Díficilmente se pueden calificar de democráticas y libres unas elecciones que se celebran en una región donde oficialmente se desarrolla una "operación antiterrorista", un eufemismo para no utilizar la palabra apropiada: guerra. Se trata de unas elecciones en las que las autoridades no registraron a ningún candidato que pudiera ser un serio rival del favorito de Moscú y en las que el Kremlin y toda la Administración a las órdenes del presidente, Vladímir Putin, han prestado un apoyo abierto a uno de los pretendientes, que ha tenido una presencia mucho mayor que sus competidores en los medios de comunicación durante la campaña.
Desde que el presidente ruso, Vladímir Putin, recibiera en el Kremlin en junio pasado a Aljánov, de 47 años y ministro del Interior checheno, las elecciones pasaron a ser una mera formalidad: nadie duda de que el vencedor será precisamente este general, que también cuenta con el apoyo de los partidarios del asesinado Kadírov. Para los críticos, estos comicios no han sido más que un injustificado gasto de dinero público.
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