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Reportaje:

Los caciques sindicales de México

Manifestaciones y cortes de carreteras están anunciados en todo el país durante el informe del presidente Fox ante el Congreso

Juan Jesús Aznárez

Había una vez en México un cacique sindical que se llamaba Fidel Velásquez, que conoció la revolución de Pancho Villa (1910- 1917), que murió en el año 1977, a los 97 años, y que soltó aquello de "por la fuerza de los tiros llegamos y sólo por la fuerza de los tiros nos podrán quitar".

El sindicalismo dispuesto a sitiar el Congreso, y bloquear carreteras y aduanas durante la rendición del cuarto informe del Gobierno de Vicente Fox, este miércoles, es, en buena medida, heredero de aquel capataz al servicio del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Es el sindicalismo vertical y arcaizante que domesticó sus afiliados, fue cantera de votos y manipulación política, y toca ahora a rebato para no perder pensiones de privilegio en la Seguridad Social, cuyos pasivos se acercan a los 40.000 millones de dólares, según datos oficiales.

Los privilegiados reciben 700 dólares de pensión frente a 110 para los demás

No es fácil la modernización de las centrales asociadas con los movimientos que fueron regímenes en América Latina: desde el priísmo en México, el peronismo en Argentina o el bipartidismo de Acción Democrática (AD), socialdemócrata, y COPEI, democristiano, en Venezuela. Todas forjaron complicidades con el oficialismo y, bajo protectorado gubernamental, viajaban en primera clase y veraneaban en Miami; incurrieron en la corrupción y la traición a sus representados durante la negociación de convenios colectivos, e igual apoyaron el capitalismo de Estado, las nacionalizaciones o las privatizaciones. El presidente imperial del PRI, que lo fue del Ejecutivo durante siete decenios, designaba a dedo a sus dirigentes.

"El Gobierno no ha podido democratizarlos. El PAN (conservador Partido de Acción Nacional) está en minoría en el Congreso y el PRI nunca aprobará leyes que puedan debilitar a sus sindicatos", admite una fuente oficial. Las corrientes son ahora diversas, pero buena parte todavía asociadas al PRI, que fue de derechas, de centro y de izquierdas; en menor medida responden al Partido de la Revolución Democrática (PRD), izquierda. La secretaria general del PRI, Elba Esther Gordillo, dirige la principal agrupación de maestros de México. Quien quiera meter mano al sindicato Luz y Fuerza del Centro afronta un apagón en Ciudad de México, quien lo haga con los ferroviarios se queda sin trenes y la nueva dirección de Petróleos Mexicanos (PEMEX), oficialista, debió templar gaitas con su central cediéndole una nueva partida de 70 millones de dólares, en viáticos y discutibles partidas.

"La correlación de fuerzas no ha permitido forzar cambios en sus estructuras. El cambio tiene que venir desde dentro", agrega un portavoz de la presidencia. Las protestas de estos días de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), que controla la negociación del 40% de los contratos colectivos mexicanos, contra la reforma de la Ley del Seguro Social, son reveladoras. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue fundado en 1943 y sus 370.000 empleados se jubilan a una edad promedio de 53 años, después de 27 años de trabajo. Los pensionistas son 120.000 y cobran una jubilación un 30% superior a su último sueldo, según un reciente informe gubernamental. El resto de los trabajadores mexicanos se jubila a los 65 años con una pensión un 50% inferior a su salario. Resumiendo, 700 dólares de pensión para los privilegiados, contra 110 dólares los demás compatriotas. La mitad de los 100 millones de nacionales sufre pobreza. El IMSS ofrece precarios servicios de salud a unos 53 millones.

El Congreso aprobó hace dos semanas una reforma a la ley del IMSS, secundada por el PRI contra el criterio de sus flancos sindicales, que amplía hasta los 65 años la jubilación de los nuevos trabajadores del instituto y establece que las cuotas al organismo de los aproximadamente 12 millones de trabajadores y 800.000 empresas privadas se destinen a la atención médica y no al pago de las pensiones. Durante el periodo 1966-2003, los trabajadores del Seguro Social aportaron para su jubilación cerca de 1.880 millones de dólares, al cambio actual, pero la institución pagó a sus pensionistas unos 12.800 millones de dólares, una diferencia de más de 10.000 millones de dólares que paga el contribuyente, según la Cámara de Diputados.

La reforma "quiere llegar hasta el fin de nuestro contrato colectivo, y negarnos una pensión digna a la que tenemos derecho", protestó el Roberto Vega Galina, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS). Los cambios en las prioridades del presupuesto movilizaron a dirigentes de otros sectores, que velan armas y apoyan las manifestaciones del martes y miércoles. El sindicalismo en México es perverso, creado para reclutar gente sin libertades, que debía afiliarse a determinado partido, el PRI, según recordó el analista Erick Guerrero.

México y su sociedad cambian, nacen centrales más democráticas, pero el parque jurásico sindical se dotó de economatos que garantizan la supervivencia de especies incompatibles con un verdadero Estado de derecho.

Protesta de braceros ante la catedral de Guadalajara el pasado mes de mayo.
Protesta de braceros ante la catedral de Guadalajara el pasado mes de mayo.ASSOCIATED PRESS

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