Opel exige recortes salariales a sus empleados en Alemania
De manera similar a lo ya sucedido en DaimlerChrysler y Siemens, la dirección del fabricante automovilístico alemán Opel ha exigido a sus cerca de 32.000 empleados alemanes fuertes recortes salariales y de las prestaciones sociales, así como modificaciones del horario laboral, según trascendió ayer tras una primera ronda de negociaciones con el comité de empresa. Mientras tanto, el sindicato ha pedido garantías de que no habrá recortes de plantilla hasta 2010. Conversaciones similares se iniciarán en Volkswagen en septiembre.
Ni la empresa, ni los trabajadores de Opel, propiedad de General Motors, quisieron dar mayores detalles del primer encuentro mantenido el martes por la noche. Las negociaciones podrían durar hasta finales de octubre y giran en torno a cómo se trasladará a esta compañía el convenio sectorial negociado por el sindicato IG Metall, con aumentos de sueldo del 1,5% este año y del 2% el próximo. Previsiblemente, la empresa buscará eliminar diversos complementos salariales.
La meta es mantener la competitividad de las fábricas alemanas frente a las demás plantas de General Motors en Bélgica, Polonia, Portugal, Rusia, Suecia, Reino Unido y España (Zaragoza). Aunque la sede central de Opel en Rüsselsheim sea una de las más modernas de todas ellas, últimamente no ha resultado rentable, sobre todo por la baja demanda del Vectra. Además, los comparativamente altos costes laborales condujeron a que General Motors situara en Gliwice (Polonia), y no en Rüsselsheim, una parte de la producción del nuevo Zafira.
Opel lleva cinco años de crisis. En 2003, volvió a registrar millonarias pérdidas operativas y la facturación cayó un 6,3%.
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