Los paros de grúas se extienden desde hoy a media España al fracasar la negociación

El conflicto que enfrenta desde hace casi un mes a las compañías de auxilio en carretera con las entidades aseguradoras que les pagan sus servicios se agravó ayer ante el enquistamiento de las posturas. El paro indefinido que dura ya 28 días en Euskadi y cinco en Asturias se extendió la pasada medianoche a Castilla y León, La Rioja, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid, así como a las provincias de Sevilla, Cádiz, Granada y Jaén. En breve podrían sumarse la grúas de otras comunidades. Las asociaciones de Galicia, Extremadura, Murcia y Cantabria tienen previsto reunirse hoy para decidir su postura.

Tras más de cuatro horas de negociación, Unespa, la patronal que agrupa a las compañías aseguradoras, y las principales asociaciones de empresarios de grúas no pudieron alcanzar un acuerdo que desbloqueara el conflicto que enfrenta a ambas partes.

Los paros se generalizarán en media España a partir de hoy, aunque algunas comunidades esperarán a reunirse en los próximos días antes de tomar una decisión, según Rafael Merino, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Auxilio en Carretera, Aneac. Ayer anunciaron que iniciarían una parada técnica desde la pasada medianoche las asociaciones de Castilla y León, La Rioja, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y de las provincias de Sevilla, Cádiz, Granada y Jaén, que se suman así a los paros que ya han dejado cientos de vehículos en las cunetas de Euskadi (desde hace 28 días) y Asturias (que se unió a la protesta el fin de semana pasado). La huelga afecta desde hoy al 80% de las grúas del país.

Sólo retiran los siniestrados

Filemón Galarza, secretario técnico de la Confederación Española de Empresas de Asistencia en Carretera, Cepas, quiso tranquilizar a los automovilistas ante el caos que se puede producir durante la Operación Retorno de vacaciones. "Retiraremos de la calzada aquellos vehículos que hayan sufrido un siniestro", explicó. Estos "servicios mínimos autoimpuestos" no alcanzarán al remolque hasta los talleres ni a la retirada de los coches que sufran averías.

Los representantes de Unespa dieron garantías de que las compañías aseguradoras reembolsarán los gastos en que incurran los tenedores de pólizas que hayan de recurrir a otros medios para asegurar la asistencia de sus vehículos siniestrados o averiados.

Ante la inminencia de los paros, la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, dijo que espera que "se garantice el derecho al trabajo de aquellos que no quieran secundar estas medidas".

La cita, que reunió a casi una veintena de aseguradoras con los seis representantes de las asociaciones citadas, no dio el resultado esperado en medio de acusaciones cruzadas de "falta de voluntad de diálogo". La presidenta de Unespa afirmó que durante la negociación no había apreciado "ninguna flexibilidad por parte de los empresarios de grúas" y aseguró haber ofrecido negociar las tarifas "incluso para el resto de 2004 pero siempre en acuerdos de empresa a empresa, entre cada aseguradora con su proveedor".

Los empresarios de grúas lamentaron que la presencia de las aseguradoras no hubiera sido "más fructífera". Las entidades de seguros "parecían muebles, porque no intervinieron en la reunión y sólo habló Unespa". Galarza sentenció en este sentido que las aseguradoras llevaron "papel mojado, una vez más". "Ha sido imposible hablar de cuestiones tarifarias que son las fundamentales".

Los gruistas aducen que tanto el Observatorio de Precios del Transporte del Ministerio de Fomento, como un estudio sobre su sector que han encargado a la Universidad de Alicante, cifran los costes en cantidades muy superiores a las que cobran por sus servicios.

Galarza dijo no entender por qué "las aseguradoras rechazan estudios de entidades imparciales". El de la Universidad alicantina dice que para cubrir costes los gruistas deberían cobrar de 44 a 56 euros frente a los 25 de media que cobran por un servicio.

El presidente de Cepas, Francesc Rovira, defendió la buena voluntad de sus asociados para llegar a un acuerdo "que no ha sido posible". "Estaremos tristes esta noche por tener que parar", aseguró. Su razón de más amplio alcance para justificar la imposibilidad de una salida negociada es que "las aseguradoras no comprenden que la situación empresarial ha cambiado; quieren seguir manteniendo su posición dominante en el mercado".