El sevillano preso en Bolivia rechaza otro trato de la DEA

La DEA -la agencia estadounidense antidroga, que asesora y colabora con la policía boliviana- ha ofrecido a Javier Villanueva, el sevillano acusado de participar en el asesinato de una fiscal en Santa Cruz (Bolivia), un trato para rebajar su condena. Así lo sostiene Omar Barrientos, el abogado que lleva su defensa. El pacto consiste en que Villanueva declare su supuesta pertenencia a la organización criminal que, según la policía y la DEA, asesinó a la fiscal Mónica Von Borries en febrero. Es decir, si el sevillano declara que mantenía una relación criminal con Marco Marino Diodato, el presunto líder de la banda, se le retirarían los cargos por asesinato. Esto supondría, según explica Barrientos, que Villanueva sería condenado a una pena de "seis a tres años y no entraría en la cárcel" al carecer de antecedentes. Tanto el acusado como su padre, Francisco Villanueva, han rechazado los ofrecimientos de la DEA, organización que realizó la misma oferta en mayo de este año.

Dos reuniones

Se han celebrado dos reuniones. La primera, a finales de julio, tuvo lugar en la cárcel de Palmasola, donde Villanueva está preso desde el 7 de mayo. Además del sevillano, estaban presentes dos agentes de la DEA, el abogado Barrientos y su hijo Cristian, que ejerce de ayudante. La segunda fue en el hotel Los Tajibos de Santa Cruz hace 15 días. Además de los agentes de la DEA y la defensa de Villanueva, estaba el padre del acusado, Francisco.

En las dos reuniones, según cuenta Barrientos, se habló prácticamente de lo mismo. "Dijeron que, si se celebrara un juicio, tendríamos un 90% de posibilidades de ganarlo. Pero que ellos estaban tranquilos con el 10%, porque, en cualquier momento, puede salir otro testigo" acusando a Villanueva. En la última reunión, los agentes norteamericanos dieron un plazo de 30 días al padre del sevillano. "Nos dijeron que se les estaba acabando la paciencia", sostiene la defensa. La entrevista, según cuenta la familia del detenido, terminó cuando los agentes de la DEA insinuaron que "tenían indicios de la relación de Javier con ETA". "Ahora dirán que yo soy el lugarteniente de Bin Laden", ironiza el padre.

El progenitor de Villanueva pide que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero preste más atención al caso de su hijo. A la vista de los últimos acontecimientos, tanto la familia como el abogado defensor piden que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España entre en contacto no sólo con el de Bolivia, sino también con el de Estados Unidos. "Ahora necesitamos más que un apoyo moral, queremos que se respeten las garantías judiciales y que se presente una queja oficial ante el Gobierno boliviano", afirma el padre. El defensor del Pueblo del país andino, Waldo Albarracín, denunció a finales de junio las irregularidades que se han cometido en la detención de Villanueva. La familia acusa a la policía boliviana de torturas.