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Holanda entrega a Bélgica a un sospechoso de los ataques de Madrid y Casablanca

Isabel Ferrer

La justicia holandesa, en este caso los jueces de Amsterdam, autorizó ayer la entrega a Bélgica del ciudadano de origen marroquí y pasaporte belga Khalid Bouloudo, de 29 años, por su presunta vinculación con el atentado del 11 de marzo en Madrid y con el perpetrado en Casablanca (Marruecos) en mayo de 2003. En el primero fallecieron 191 personas. En el otro hubo 45 muertos, incluidos 12 suicidas. Bouloudo es sospechoso además de haber intentado organizar una célula terrorista en Bélgica.

Se da la circunstancia de que las autoridades marroquíes solicitaron en su día la extradición de Bouloudo por la matanza de Casablanca. Los tribunales holandeses denegaron dicha petición el pasado 9 de julio aduciendo que la documentación presentada para ello estaba incompleta. Esta vez, los jueces concluyeron que el requerimiento de Bruselas, realizado el 13 de agosto, "incluía suficientes indicios de que Bouloudo participa en las actividades de un grupo terrorista y de que es miembro de una organización criminal". El detenido está reclamado en Bélgica por su pertenencia al Grupo Islámico de Combatientes Marroquíes (GICM) y por tráfico de documentación falsa. Bouloudo fue arrestado al sur de Holanda en enero en un control rutinario de carretera.

Recogida de dinero

Después de los atentados sincronizados de Casablanca, que afectaron a la Casa de España, la Alianza Israelita, el Hotel Safir Farah y al Consulado de Bélgica, en pleno centro de la ciudad, Marruecos dictó una orden internacional de detención contra Bouloudo. A éste se le considera además sospechoso de haber recogido dinero para la preparación de dichos asaltos y de tratar de organizar un grupo terrorista en Bélgica para el que debía reclutar nuevos miembros y más fondos.

Su extradición ha sido concedida horas después de que la policía española comprobara que Ibrahim y Mohamed Belhadj, hermanos, también de origen marroquí y detenidos en Holanda esta semana, no estaban vinculados con los atentados de Madrid. Un sobrino suyo, llamado a su vez Mohamed Belhadj, es uno de los huidos del piso de Leganés donde el 3 de abril se suicidaron siete terroristas del 11-M acorralados por la policía. En la operación murió un miembro de los GEO.

En Casablanca, capital económica de Marruecos, las explosiones de mayo de 2003 sembraron el pánico en edificios del corazón de la ciudad frecuentados por occidentales. Era la primera acción terrorista registrada en el país en una década. Un año después, la justicia marroquí ha detenido a 2.000 personas y 17 de ellas han sido condenadas a muerte.

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