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La prisión de Mario Conde no registró durante 18 meses ninguna de sus visitas

El ex banquero recibió en la cárcel a una veintena de abogados, además de familiares y amigos

Jorge A. Rodríguez

La revisión del registro informático de visitas de la cárcel de Alcalá-Meco (Madrid) dejó de piedra a los inspectores que investigaban si el ex banquero Mario Conde había recibido un trato de favor al recibir a sus familiares y allegados. Ni una de las visitas que tuvo de enero de 2003 a julio de 2004 estaba registrada oficialmente, mientras que sí figuraban las recibidas por los otros 50 presos que desempeñan, como él, trabajos de confianza. Pero al cotejar este registro con el libro de entradas a prisión, la inspección comprobó que en esos 18 meses había recibido una media de seis al mes, sin contar las de su veintena de abogados.

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La inspección llevada a cabo en la prisión sobre el supuesto trato de favor a Mario Conde, recluido en Alcalá Meco desde julio de 2002, fue encargada por Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias, a finales del mes pasado. El estudio fue realizado mientras el director del centro penitenciario durante los últimos 12 años, Jesús Calvo, se encontraba de vacaciones en Torrevieja (Alicante).

Los inspectores solicitaron acceso al registro informático de visitas de Mario Conde y de los reclusos considerados "de confianza", como es el caso el ex banquero, que está destinado en el departamento de ingresos y libertades. Estos presos, precisamente por trabajar en beneficio de la institución, gozan del privilegio de poder recibir sus visitas en un saloncito y no en el locutorio enrejado. "Es una cosa que se hacía desde hace años, ya que esta gente comunica en sala y más de una vez al mes, incluso una por semana", asegura Jesús Calvo, relevado como director de Alcalá Meco tras detectarse las irregularidades.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias explicaron que al abrir el registro se vio que, oficialmente, Mario Conde no había recibido ninguna visita de familiares o allegados en los últimos 18 meses. Inmediatamente se revisaron los registros del medio centenar de reclusos que se encuentran en una situación similar y se comprobó que sí estaban grabadas todas las que habían recibido.

Archivo en blanco

El archivo de Conde era el único que figuraba en blanco. Por ello, los inspectores tuvieron que acudir al libro de puerta, el llamado libro de entradas, un dietario que se rellena a mano, donde se anotan todas las entradas al presidio, sean abogados, familiares, amigos, el lechero... Mercedes Gallizo, preguntada ayer por esta cuestión, se limitó a responder: "En el libro de visitas no figuraban las de Mario Conde y hubo que mirar el de entradas, el de la puerta exterior del centro".

Las fuentes consultadas aseguran que en dicho libro figuran "más de medio centenar de visitas a Mario Conde" de personas "de todo tipo, pero fundamentalmente de su mujer, sus hijos y sus abogados". Las visitas de familiares y amigos pueden ser sometidas a intervención. Fuentes de la propia prisión indicaron que la no inscripción de las visitas en el registro informático revela "un ánimo de ocultación", pero no quisieron señalar a Jesús Calvo como único y directo culpable de ello. Estos medios añaden que fue esa ocultación, revelada por el contraste entre registros, lo que decidió a Gallizo a relevar de forma inmediata a Calvo, sobre cuyo futuro se decidirá la próxima semana.

El libro de entradas, además, revela que Mario Conde ha recibido en los últimos 18 meses decenas de visitas de abogados. "Han venido 20 abogados diferentes", explican fuentes del centro. El ex banquero ha llegado a recibir hasta dos visitas al día de abogados diferentes. Entre estos letrados figuran dos de sus hijos, que han acudido a Alcalá-Meco tanto en calidad de familiares como de abogados.

Los abogados de los presos tienen libertad absoluta para visitarlos en la prisión: no existe ni limitación en el número de encuentros ni en su duración. Además, las conversaciones entre ambos no pueden ser objeto de escuchas o grabación, lo que técnicamente se llama "intervención de las comunicaciones".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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