Arafat admite que ha cometido "errores inaceptables" tras la oleada de protestas por la falta de reformas
En un raro acto de autocrítica ante el Consejo Legislativo (Parlamento), el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, admitió ayer que se han cometido "errores inaceptables" en el seno de su Administración y prometió corregirlos. "Nuestras instituciones cometieron errores inaceptables. Algunos abusaron de sus poderes y se han burlado de la confianza depositada en ellos", dijo. Arafat entonaba así el mea culpa para hablar de la necesidad de reformas y de poner fin a la corrupción en las instituciones, que ha provocado la ira de los ciudadanos en los territorios palestinos.
También hizo referencia a la oleada de anarquía que se apoderó de Cisjordania y Gaza en el último mes y señaló que no se hicieron "verdaderos esfuerzos para hacer respetar la ley y el orden", en una clara llamada de atención a los cuerpos de seguridad, con disputas internas a causa de las distintas filiaciones de sus responsables, que se dividen mayoritariamente entre Arafat y Mohamed Dahlan, el líder que representa a los jóvenes frente a la vieja guardia palestina.
El rais se mostró seguro y tranquilo en la primera alocución ante los diputados desde la crisis de mediados de julio. Sin embargo, no hizo ninguna aclaración acerca de cómo aplicará las reformas necesarias para alcanzar un Estado independiente, aliviar la profunda crisis económica y garantizar la ley y el orden.
"No hay nadie inmune a los errores, empezando por mí y siguiendo hacia abajo. Incluso los profetas cometieron errores", dijo el presidente en la que fue su primera autocrítica pública desde mediados de 2002, cuando aseguró que habría reformas y convocaría nuevas elecciones. Arafat expresó su apoyo públicamente al primer ministro, Ahmed Qurei, y acusó a Israel de no haber desistido un solo minuto en la "destrucción de la Autoridad Nacional Palestina".
Este "acto de humildad" de Arafat se produce en un momento crucial para el Gobierno palestino, que en el último mes atravesó por su situación más crítica desde la creación de la Administración autónoma en 1994. Tres secuestros en menos de diez horas, entre ellos el de Ghazi Yebali, jefe de la policía en Gaza, encendieron la mecha de un mes de disturbios callejeros.
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