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VIOLENCIA EN IRAK

La guerra en Nayaf y las divisiones políticas retrasan la elección del Parlamento iraquí

Al Sáder se niega a recibir una misión enviada a la ciudad santa por la Conferencia Nacional

La guerra en Nayaf, que día a día socava la autoridad del primer ministro iraquí, Ayad Alaui, y el profundo desacuerdo sobre la lista presentada por el presidente de la Conferencia Nacional para elegir a los 100 miembros del Parlamento iraquí pospusieron un día más la clausura de la Asamblea que se celebra en Bagdad, foro que envió ayer una delegación a la ciudad santa chií para tratar de que Múqtada al Sáder se retire de los santuarios de la ciudad, cercados por tropas de EE UU y la policía. El clérigo radical se negó a recibir a los emisarios.

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La Conferencia Nacional de 1.300 delegados elegirá a 81 de los 100 miembros del nuevo Parlamento -que podrá promulgar leyes, vetar los decretos del Gobierno con una mayoría de dos tercios, elaborar el Presupuesto y organizar los comicios previstos para enero próximo- porque los 19 restantes ya han sido designados a dedo por los organizadores del cónclave, una decisión que ha cosechado las críticas de buena parte de los dirigentes presentes en la reunión. Los 19 son antiguos miembros del Consejo de Gobierno iraquí, que colaboraba con el estadounidense Paul Bremer, el verdadero administrador de Irak hasta el traspaso de poderes el pasado 28 de junio.

Las protestas de cientos de delegados por los manejos de los organizadores se repitieron ayer por los mismos motivos que en días precedentes. "Las principales fuerzas políticas han dominado la Conferencia y han fijado su lista para elegir el Parlamento", afirmó poco después del mediodía Aziz al Yaseri, del Movimiento Democrático Nacional. "Lo rechazamos. Y si no se negocia con nosotros, abandonaré la Conferencia y cientos lo harán conmigo", agregó.

La falta de acuerdo aplazó de nuevo el fin de la Conferencia, que en principio iba a celebrarse durante dos días. Son los dos partidos kurdos; el Acuerdo Nacional Iraquí, de Ayad Alaui; la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak; el partido chií Dawa, y el Movimiento de Demócratas, de Adnán Pachachi, los acusados de ejecutar las componendas para excluir a otros grupos políticos, aparte de los ya autoexcluidos antes de que arrancara la Asamblea. Es necesario que la lista definitiva recoja el 51% de los votos. Al Yaseri logró su propósito. Ya por la tarde, el presidente del foro, el kurdo Fuhad Massum, se comprometió a presentar hoy otras "tres o cuatro" candidaturas.

La crisis de Nayaf y las componendas de los partidos en el Gobierno han caldeado unos ánimos ya de por sí exacerbados. Las declaraciones de muchos participantes en el foro, cuando les tocaba su turno de palabra, más parecían una arenga que el enunciado de una posición política. Algunos gritaban tanto que les fallaba la voz.

La delegación que la Conferencia decidió enviar el lunes a la ciudad santa partió por fin ayer por la tarde, aunque Al Sáder se negó a recibir a los emisarios. Muy reducida -en principio se pensaba enviar a varias decenas de personas por carretera-, los ocho emisarios volaron en helicópteros estadounidenses hacia Nayaf. Por la mañana, Fauzi Hamza, un político independiente que negociaba la mediación, aseguró: "Hemos recibido informes de que podría haber emboscadas en el camino por tierra a Nayaf". Fuhad Massum añadió que "la policía iraquí y el Ejército de EE UU se negaron a garantizar su seguridad".

"No es una negociación. Es una misión amistosa para trasladar el mensaje de la Conferencia Nacional", dijo Husein al Sáder, familiar del jefe de la milicia que encabeza la rebelión. "Queremos transformar el Ejército del Mahdi", añadió, "en una organización política y que abandonen el mausoleo de Ali, bajo la promesa de que no serán perseguidos".

Una vez llegados a Nayaf, Múqtada al Sáder se negó a recibir a los delegados por "la agresión constante de Estados Unidos", según explicó el clérigo a los periodistas que acompañaban a los emisarios. El jefe del Ejército del Mahdi exige la retirada de los marines y de las fuerzas de seguridad iraquíes que sitiaron el centro de la ciudad el viernes después de varios días de choques armados en los que han perecido alrededor de 400 rebeldes y seis militares norteamericanos. Al Sáder está acompañado por casi mil leales en el interior del mausoleo de Alí, fundador del chiísmo. Y varios miles más de seguidores han viajado desde varias ciudades para ofrecerse como escudos humanos ante un eventual asalto de los santos lugares.

Como casi cada día desde que comenzó el alzamiento en Nayaf, el 5 de agosto, la aviación de EE UU bombardeó el enorme cementerio situado cerca del centro de Nayaf, donde tres civiles fallecieron por explosiones o tiroteos.

Una mujer camina por una calle de Nayaf ante un carro de combate estadounidense.
Una mujer camina por una calle de Nayaf ante un carro de combate estadounidense.ASSOCIATED PRESS

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