El Gobierno admite que cada comunidad fije su denominación en la reforma del estatuto
Acebes asegura que "antes de abrir un melón hay que saber adónde se quiere llegar"
Las comunidades autónomas se denominarán como ellas mismas decidan a través de sus Parlamentos o Asambleas regionales y se plasmará en sus Estatutos. Ésta es la tesis defendida por el Gobierno, a través del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, para quien las reformas de los Estatutos tendrán que estar presididas por el consenso y por el respeto a la Constitución. "Si hay consenso para que Cataluña se llame nación, el Gobierno lo apoyará", adelantó. El PP pidió al PSOE que aclare definitivamente su propuesta territorial: "Antes de abrir un melón hay que saber adónde se quiere llegar".
El PP pregunta con insistencia, la última vez ayer mismo, cuál es el modelo de Estado que defiende el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero. Hace un par de días lo preguntó el secretario general del PP, Mariano Rajoy, y ayer el secretario general adjunto, Ángel Acebes, insistió: "¿Está de acuerdo el señor Zapatero con la idea de que una comunidad autónoma sea una nación, con todo lo que eso lleva aparejado? ¿Se dan cuenta de que eso va en contra de lo que dice la Constitución?".
El Gobierno respondió a esa pregunta con la afirmación habitual. "Nuestro modelo de Estado es muy claro: La Constitución", dijo el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla. Antes lo habían dicho el portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba, y los miembros de la Ejecutiva Federal Carme Chacón y Diego López Garrido. Éste último, además, aseguró que va a enviar a la sede del PP varios tratados de Derecho Constitucional para que "estudien" qué es España. López Garrido sí señaló que el plan Ibarretxe no tiene cabida en la Constitución", "está fuera" y el Gobierno y el PSOE no pueden ni siquiera contemplar su discusión.
El PSOE y el Gobierno defienden las reformas que ahora van a comenzar después de 25 años de andadura de los estatutos de autonomía. De momento, el debate se ha suscitado sobre cómo se definen las comunidades autónomas: región, nacionalidad, nación. En la Constitución sólo figuran como "regiones o nacionalidades".
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, ha señalado que su comunidad aspira a ser denominada como "nación". "Esa propuesta no está en este momento sobre la mesa del Gobierno, pero si genera el consenso suficiente el Gobierno la apoyará", dijo el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla a la Cadena SER. En efecto, el Ejecutivo quiere respetar la voluntad de las comunidades autónomas de llamarse como quieran toda vez que los cambios que vayan a registrarse en sus respectivos Estatutos exigirán un consenso amplísimo de sus Parlamentos regionales. Además, sus propuestas volverán a ser sometidas a control cuando esos cambios lleguen obligatoriamente a las Cortes y deban ser votados. Por tanto, más necesidad de consenso. El ministro aseguró a este periódico que el Gobierno quiere conducir este proceso con el PP y confía en que ese partido lo afronte con "visión de Estado" y no "partidista".
El titular de Administraciones Públicas recordó que Canarias, Aragón y Valencia ya han reformado sus estatutos para denominarse "nacionalidad" y no hubo protesta ni estrépito cuando eso sucedió.
Por su parte, el secretario general del Grupo Socialista y miembro de la ejecutiva del PSOE, Diego López Garrido, dio un paso más que el ministro al señalar que las nuevas denominaciones de las autonomías además de figurar en sus estatutos también se reflejarán en la Constitución y no sólo con el nombre, sino con el apellido que se haya puesto en su Estatuto.
Acebes cree que las discrepancias de opiniones entre algunos ministros y el presidente de la Generalitat "sólo generan inestabilidad e incertidumbre". El dirigente del PP recordó la disposición de su partido al diálogo, aunque partiendo de su idea de no modificar en nada la Constitución. "Nosotros apostamos por el actual modelo. Estamos dispuestos a dialogar, pero tiene que haber un criterio claro. Antes de abrir un melón como ése hay que saber adónde se quiere llegar. La incertidumbre es muy perjudicial".
Acebes insinuó que estas dudas pueden perjudicar incluso a la economía. "Además de tener buen talante y reírse mucho, el señor Zapatero tiene que gobernar. Ése es su trabajo. Y para eso resulta indispensable que sepa lo que quiere. Nos preocupa que sus opiniones sigan dependiendo de lo que diga Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)".
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