El Gobierno catalán contrata a dos despedidos a los que había indemnizado

El Departamento de Medio Ambiente de la actual Generalitat de Cataluña contrató a principios de año a dos altos cargos que la anterior Administración de Convergència i Unió (CiU) había despedido de manera improcedente con una indemnización conjunta de 539.911 euros (más de 89 millones de pesetas). Ninguno de ellos ha restituido parte del dinero percibido, si bien la legislación no les obliga a ello. Ambos perdieron su antigüedad en la Administración a efectos de eventuales indemnizaciones futuras.

Uno de los empleados, Antoni Sala, gerente de Aigües Ter Llobregat (ATLL), percibió 320.000 euros un año antes de volver a recuperar su trabajo en la misma empresa. El otro, Jaume Erruz, gerente de la Agencia Catalana del Agua (ACA), organismo del que depende ATLL, se encuentra en la misma situación, aunque su destitución se produjo en 2002 con una compensación de 219.911 euros.

Antoni Sala fue contratado el pasado abril para desempeñar las funciones de gerente de ATLL, la empresa encargada del transporte de agua hasta el área metropolitana de Barcelona. Sala, con un amplio historial en la empresa, firmó el acta de conciliación de su despido un año antes, el 2 de abril de 2003. ATLL admitió la improcedencia de su destitución y le indemnizó por ello con 320.000 euros, el equivalente a 42 mensualidades.

Responsables de Medio Ambiente bajo mandato de CiU informaron de que el cese de Antoni Sala se produjo por su incompatibilidad con los nuevos gestores de la compañía y su inadaptación a sus nuevas responsabilidades. En cambio, fuentes de la actual dirección de ATLL comentaron que Sala sufrió "persecución profesional" por los nuevos gestores.

Una nota remitida por ATLL a este periódico afirma que el despido "representó un grave atentado moral contra su consideración profesional, la interrupción de una trayectoria de más de 30 años de servicios en el sector público, por lo cual la indemnización en los términos previstos en la legislación vigente opera como factor de restitución económica".

El nuevo contrato tiene "carácter especial de alta dirección" y en su cláusula octava se le reconoce sólo una antigüedad desde el 13 de abril, por lo que pierde su antigua relación con la empresa.

ATLL depende, en el organigrama de la Generalitat, de la Agencia Catalana del Agua. Fue su presidente, Jaume Solà, quien propuso los nombres de Sala como gerente de ATLL y de Jaume Erruz como gerente del ACA. Erruz se encuentra en una situación similar que Sala, pues también fue despedido de manera improcedente de Aguas Ter Llobregat como secretario general de la empresa. El acto de conciliación fue el 19 de abril de 2002 y la empresa le indemnizó con 219.911 euros. Dos años después de su cese, Jaume Erruz volvió a la administración como gerente del ACA.

Fuentes de Medio Ambiente no han informado sobre la situación laboral de Erruz ni sobre las causas de su anterior despido, pese a la insistencia de este periódico. Responsables de CiU comentaron que su despido tuvo las mismas causas que Sala; es decir, inadaptación a los nuevos gestores de ATLL.