26 inmigrantes mueren y son arrojados al mar al intentar llegar a Italia

Un buque mercante rescató el sábado a 73 personas desfallecidas a bordo de una lancha neumática, cerca de las costas sicilianas. Dos personas murieron durante las operaciones de rescate. Otras 26, según los supervivientes, habían perdido la vida anteriormente, durante una travesía de nueve días, y sus cuerpos habían sido arrojados al mar. Se trataba de inmigrantes clandestinos procedentes de países africanos y embarcados, al parecer, en Libia.

La nave Zuiderdiep avistó un gomón de 14 metros lleno de gente el sábado por la tarde al sur de Sicilia y se acercó a prestar auxilio ya que, en palabras del capitán del barco, la lancha estaba a punto de naufragar. Los balseros, entre los cuales había cuatro mujeres, apenas tenían fuerzas y tuvieron que ser cargados a hombros a bordo del mercante, que avisó a los servicios de emergencia italianos y malteses en vista del grave estado de algunos de los clandestinos. Uno de ellos falleció a bordo de un helicóptero que le recogió en la cubierta del Zuiderdiep y le trasladaba a un hospital de Malta. Otro murió antes de que llegara el helicóptero.

Los demás fueron internados en el hospital Umberto I de Siracusa, una vez el mercante alcanzó puerto. Un portavoz del hospital indicó que 16 se encontraban en estado grave. "Al principio creíamos que sufrían de deshidratación, luego comprobamos que se trataba de hipotermia", explicó la doctora Giuseppina Pignatello, médico de los servicios sanitarios marítimos, que fue quien prestó los primeros auxilios. El relato de la travesía no se conoció hasta ayer, cuando la policía pudo empezar a tomar declaraciones a los hospitalizados. Los testimonios coincidieron en afirmar que la travesía había durado nueve días y que en esas dos semanas en alta mar, con muy pocos víveres y hacinados en una lancha neumática, las muertes habían sido frecuentes. El delegado del Ministerio del Interior en Siracusa, Vincenzo Mauro, declaró que iniciaron el viaje 100 personas: "Hemos interrogado a algunas personas que tenían un conocimiento exacto sobre el número de inmigrantes que embarcaron", dijo. Mauro señaló que, según los testimonios, el total de fallecidos en el trágico viaje ascendía a 26, contando a los dos que fallecieron durante y después del rescate. Los inmigrantes dijeron proceder de Liberia, Sierra Leona y Costa de Marfil, y habrían pagado entre 1.000 y 1.800 dólares (entre 820 y 1.460 euros) por el viaje, de unas dos semanas, cinco días por tierra y nueve por mar. Anoche no estaba claro dónde embarcaron en la lancha, aunque la policía italiana consideraba que debía tratarse de un puerto de Libia. La enésima tragedia de la inmigración clandestina avivó el debate sobre el continuo flujo de balsas que desde África intentan ganar la costa italiana. El ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, calificó de "imprescindible" un "acuerdo global con los países de origen para gestionar el tráfico de inmigrantes". El ministro de Reformas, Roberto Calderoli, máximo representante de la Liga Norte en el Gobierno de Silvio Berlusconi, afirmó que la compasión no servía para afrontar el problema: "Quien trata de entrar ilegalmente en el país debe ser rechazado, por las buenas o por las malas, y devuelto al remitente. La ola de desembarcos clandestinos de estos días", añadió, "da ocasión al terrorismo islámico para ingresar en Italia o para reforzar las células subversivas ya existentes".