EE UU recurre a la aviación para sofocar la revuelta chií en el sur de Irak
Un oficial del Ejército norteamericano asegura que han muerto 300 rebeldes en Nayaf
La ofensiva de las fuerzas de seguridad iraquíes, apoyadas por efectivos estadounidenses, contra las milicias chiíes de Múqtada al Sáder ha causado ya decenas de muertos en el sur del país, sobre todo en la ciudad santa de Nayaf: 60 según fuentes hospitalarias y 300 según el Ejército de EE UU, que ha reconocido la muerte dos marines. En estos combates, los más violentos desde la tregua alcanzada en junio, la aviación estadounidense se está empleando a fondo. El Gobierno provisional iraquí se ha mostrado dispuesto a acabar con la milicia del clérigo.
La Policía iraquí, citada por la agencia France Presse afirmó anoche que 1.200 milicianos leales a Al Sáder se rindieron en Nayaf. "Más de 1.200 criminales se rindieron a las fuerzas iraquíes y se ha reinstaurado la seguridad en la ciudad santa de Nayaf", señaló el comunicado de la oficina del director general de la policía irquí. "La operación continuará hasta que esta violencia cruel e ilegal sea reprimida", añadió.
El gobernador de Nayaf, Adnan al Zorfi, exigió al Ejército del Madhi, dirigido por Al Sáder, que abandonase la ciudad en 24 horas, e insistió en que "no hay lugar, ni compromiso" para otra tregua. "Estamos convencidos en un 100% de que no debe haber milicias armadas en Irak", señaló por su parte Girgis Sada, portavoz del Gobierno interino iraquí.
La respuesta de Al Sáder, un joven clérigo que cuenta con muchos seguidores entre los desheredados iraquíes, ha sido un nuevo desafío. En un mensaje leído por uno de sus ayudantes en la ciudad de Kufa, vecina a Nayaf, donde suele dirigir cada viernes sermones a sus fieles, Al Sáder hizo un llamamiento a los iraquíes "para que tomen las armas y defiendan los lugares sagrados contra los ocupantes". "El presidente iraquí asegura que América es su amiga, pero yo digo que América es nuestra enemiga", agregó el jeque Jaber al Jafaji, citando a Al Sáder.
En una entrevista emitida por la cadena árabe Al Yazira, un portavoz del clérigo, Mahmud al Sudani, acusó al Gobierno provisional iraquí y al Ejército de EE UU de haber "planeado cuidadosamente" la ofensiva. "Es un intento de tomar la ciudad santa de Nayaf. Nosotros no queríamos esta escalada. No tenemos objeciones para negociar una solución. Queremos una reanudación de la tregua", afirmó. Algunos analistas citados por Reuters sugieren también otros factores que pueden haber influido en el nuevo alzamiento. El primero es que los marines han sustituido al Ejército en la zona de Nayaf, y en segundo lugar apuntan que, a comienzos de esta semana, la policía iraquí rodeó el domicilio de Al Sáder.
Los combates se han extendido a Nasiriya (sur), al barrio chií de Ciudad Sáder en Bagdad y a Basora, al sur del país. Como ocurrió en la revuelta del pasado abril, coincidiendo con los combates en las zonas de mayoría chií, también ha habido enfrentamientos en el llamado triángulo suní. En Samarra, al norte de Bagdad, donde numerosos observadores aseguran que los insurgentes se mueven a sus anchas, se produjeron intensos choques. Tres rebeldes murieron, según el mando militar de EE UU.
Aunque es en Nayaf donde los enfrentamientos han sido más violentos. Durante todo el día, las televisiones árabes han difundido imágenes de combates y de las columnas de humo causadas por los bombardeos de la aviación estadounidense, que ha utilizado helicópteros de combate y aviones AC-130 y F-16, destinados a apoyar las ofensivas terrestres. "La lucha continúa", aseguró a la prensa internacional en una base cercana a Nayaf el teniente coronel Gary Johnson, del 11º Cuerpo Expedicionario de Marines, cuyos efectivos participan en los combates.
Johnson aseguró que 300 milicianos habían muerto, mientras que el gobernador elevó la cifra a 400. Un portavoz del Ejército del Madhi rebajó estas cifras a 34. Los responsables de varios hospitales de la ciudad, citados por France Presse, evaluaron en 59 los muertos en combate.
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