El gran ayatolá Sistani se somete a un tratamiento de corazón en Londres

El gran ayatolá Alí al Sistani, líder religioso de la ciudad santa chií de Nayaf, llegó ayer a Londres para someterse a un tratamiento cardiológico, mientras que en Irak las milicias radicales chiíes rompían el alto el fuego con violentos enfrentamientos con las tropas de la coalición. Esta circunstancia hace especialmente notoria la ausencia del país de una influyente figura considerada por los occidentales como moderada en el seno de la comunidad chií. El clérigo, de 74 años, se dejó ver en el aeropuerto londinense de Heathrow cuando descendía de un avión de la compañía libanesa MEA para subir a una limusina que lo condujo a un hospital no identificado del centro de Londres.

Siempre firme en su retraimiento de la arena política, sobre todo después de la violenta represión de la revuelta chií de 1991 por parte de Sadam Husein, Al Sistani cuenta, sin embargo, con el respeto mayoritario de sus correligionarios, que le ha valido un papel de interlocutor fundamental en la posguerra de 2003, con una postura de oposición firme pero pacífica a la ocupación estadounidense.

Sus insistentes demandas de elecciones democráticas inmediatas obligaron al presidente de la Autoridad Provisional de la Coalición, Paul Bremer, a recurrir a la ONU para justificar su posposición. Posteriormente, su mediación fue clave para lograr el alto el fuego que detuvo la insurrección contra las tropas ocupantes de las milicias de Múqtada al Sáder.