La Quincena arranca con un programa dedicado a Bello Portu y al Kursaal

La Quincena es un festival con tanta tradición que no tendría necesidad de organizar actos populares para reclamar atención. Lo dicen las cifras: hace diez días sólo quedaban 4.000 de las 30.000 entradas puestas a la venta para los espectáculos del auditorio del Kursaal, el 87% -no hay datos actualizados -, y ayer colgaba el cartel de completo para ver a Jordi Savall (10 de agosto) y para otras cuatro funciones: la primera representación de Un Ballo in Maschera (16 de agosto), dirigida por Jesús López Cobos; el concierto de la Sinfónica de la Radio de Colonia, bajo la batuta de Semyon Bychkov (28 de agosto); La Donna del Lago (1 de septiembre), con Riccardo Frizza al frente y Juan Diego Flórez y Daniela Barcellona como solistas, y el primero de los dos Réquiem de Berlioz, a cargo del Orfeón Donostiarra y la Sinfónica de Euskadi (4 de septiembre).

Y sin embargo, a pesar de la evidente aceptación que suscita, el equipo que lidera José Antonio Echenique insiste cada año en sacar la música a la calle en la jornada inaugural. "Queremos quitar hierro a esa fama de seria que tiene la música clásica", afirmó un portavoz. En esta edición, en la que programan 79 espectáculos de música, danza y ópera, entre otras disciplinas, se estrenan con una oferta para todos los públicos que pivota sobre el homenaje a Javier Bello Portu, fallecido el pasado febrero, y el quinto aniversario de la inauguración del centro Kursaal.

Por eso, la mayoría de las propuestas se celebrarán en torno a este complejo que diseñó el arquitecto navarro Rafael Moneo: empezando por el maratón audiovisual sobre la vida y obra de Johann Strauss (10.00) y terminando con el Conjunto Barroco de San Sebastián que dedicará su actuación a Henry Purcell. Entre uno y otro espectáculo, habrá espacio para propuestas variadas: los payasos Gari, Montxo eta Joselontxo (12.00) regalarán al público más joven un montaje que combina su música y su jolgorio, con el ilusionismo del mago Nörk. Será en las terrazas del Kursaal, donde Kresala Dantza Taldea bailará en dos ocasiones (a las 13.00 y a las 20.15) y donde Patxi eta Batbiru presentará Dantza Piko (21.00), después de la actuación de la Banda Municipal de Deba (19.00).

Este año, el concierto oficial de inauguración de la Quincena -que concluirá el 6 de septiembre-, no se celebrará en la catedral de Santa María, sino en el Kursaal. Allí, la Orquesta de Musikene abordará bajo la dirección de Lutz Köhler, piezas de Prokofiev, Shostakovich y El Carnaval de Lanz, obra de Bello Portu. El conjunto reivindicará así la figura de este compositor que escribió fundamentalmente partituras corales, como explicó el responsable del centro, Alejandro Zabala. Precisamente, Kea Ahots Taldea interpretará varias de estas piezas en el Palacio de Miramar, una vez que finalice la mesa redonda sobre su figura (12.30).

El festival, que llevará también la música a las residencias de ancianos, contará en su 65 edición con la presencia de grandes orquestas -la Filarmónica de Rotterdam y la London Philarmonic- y directores -Valery Gergiev, Vladimir Jurowski-, rendirá tributo a Salvador Dalí con un espectáculo del Centro Andaluz de Danza, hará su singular Camino de Santiago musical y continuará con ofertas ya clásicas. Entre ellas, el curso de órgano -nueve de los 19 alumnos son coreanos- y el ciclo sobre este instrumento que hoy, como prolegómeno, estrena Bautismo de fuego, de Zsigmond Szathmáry, a cargo del propio autor.