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La huelga de las grúas deja en la cuneta 1.000 coches siniestrados

Los automóviles sólo son retirados si el conductor paga en metálico

No le llaman huelga sino "parada técnica indefinida", aunque para el caso es lo mismo. Los conductores que sufran un accidente o una avería en las carreteras vascas se seguirán encontrando de bruces con un engorro añadido: el conflicto entre los empresarios de grúas y las aseguradoras dejará su vehículo abandonado en el arcén a menos que paguen sobre el terreno y a tocateja. Los huelguistas decidieron por unanimidad seguir con la protesta, e invitaron a sus colegas de Cantabria y Burgos a unir sus fuerzas. Por su parte, Unespa (la agrupación de mutuas de seguros) advirtió ayer de que el intento de las grúas de cobrar por su cuenta supone un "abuso" y una "quiebra de la libre competencia".

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El caso es que el automovilista en apuros no tiene más que dos opciones: o pagar o exponerse a dejar su vehículo a la intemperie. Las aseguradoras salieron ayer al paso diciendo que no se harán cargo de ninguna factura que exceda del importe que tienen pactado con las grúas, que ronda entre los 22 y los 24 euros. Los empresarios, por su parte, están exigiendo a los conductores un mínimo de 50 euros, que es la cantidad aproximada que reclaman a las compañías de seguros. Con esta cantidad, según Joaquín Herrero, presidente de ABEAC (Asociación Vasca de Empresas de Asistencia en Carretera), los propietarios de grúas conseguirían al menos "cubrir costes".

Cubrir costes

Según el panorama que pinta Herrero, el negocio es una ruina. "Somos", explica, "unos 60 pequeños empresarios en todo el País Vasco, si usted multiplica dos o tres grúas por cada empresa, le saldrá el parque de grúas. Y con lo que nos pagan las compañías aseguradoras (22 ó 24 euros), estamos perdiendo dinero. Estamos metiendo 16 y hasta 18 horas de trabajo, conduciendo nosotros mismos, y así es imposible responder al servicio que reclama el usuario. ¿Que hasta cuándo vamos a mantenerle el paso a las compañías de seguros? Hasta que nuestras pequeñas economías nos lo permitan".

Así las cosas, las carreteras del País Vasco se han llenado de coches desencajados. No hay cifras exactas de coches abandonados, aunque tanto los huelguistas como las aseguradores admiten que la cifra ronda ya el millar. No hace falta más que conducir unos cuantos kilómetros por algunas de las principales carreteras vascas para percatarse de que algo raro pasa. Cada pocos kilómetros se pueden ver coches abandonado, algunos de ellos en las cunetas y bien señalizados, pero otros interfiriendo la circulación. La tarde del lunes, en el tramo de la A8 que va entre el peaje de Durango y el de Zarautz, se pudieron contabilizar 12 coches siniestrados. Miguel Ángel Vázquez, el portavoz de Unespa, declaró ayer que las aseguradoras se encuentran atadas de pies y manos. "Los propietarios de las grúas", explicó, "quieren pactar con nosotros unos precios y eso es imposible, sencillamente porque vulneraría el principio de libre competencia".

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Si en algo están de acuerdo las partes en conficto es en que el final no se vislumbra. Y que, como en todo conflicto laboral, a medida que la situación se eterniza, el personal se va poniendo más nervioso. Los empresarios de grúas denuncian que ya se están dando casos de remolcadores piratas, sin permiso para retirar coches, que están haciendo su agosto.

Grúas piratas

"No existen piquetes", asegura Joaquín Herrero, el presidente de la asociación de empresas de asistencia en carretera, "pero sí tenemos información de lo que está pasando, sobre todo en las zonas limítrofes con otras comunidades autónomas donde todavía no hay huelga, y le puedo decir que hemos cogido alguna grúa sin la tarjeta de servicio público intentando retirar un coche. Ya están surgiendo, cómo no, algunos espabilados...".

Desde el lado contrario, aun admitiendo que no existen pruebas, se habla de presiones, más o menos contundentes, a conductores de grúas procedentes de otras regiones, e incluso otros países, que no han podido llevarse el vehículo accidentado por el que habían venido.

En cualquier caso, las compañías aseguradoras, según recalca Miguel Ángel Vázquez, recomienda a los conductores en apuros que, antes de pagar al conductor de la grúa, "se ponga en contacto con el teléfono de asistencia de su seguro del automóvil para informarse previamente de cuál es la cantidad que soportará la aseguradora y cuál la que al final tendrá que poner de su bolsillo".

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