El "polvorín" de Riotinto
Sindicatos y ecologistas afirman que los eucaliptos y el abandono del monte provocaron el mayor incendio desde 1991
¿Por qué se quemaron 27.839 hectáreas de masa forestal en el incendio de Riotinto (Huelva) en 63 horas? Para varias organizaciones ecologistas, sindicatos y representantes de Izquierda Unida, el abandono en que se encontraban los montes fue determinante. Para el responsable del Plan Infoca de la Junta de Andalucía, José Guirado, "el abandono no fue la causa principal de la velocidad de propagación".
En lo que están todos de acuerdo es en que las condiciones meteorológicas fueron fundamentales. Se cumplió la "regla del 30": "Había más de 30 grados, una humedad inferior al 30% y vientos superiores a los 30 kilómetros por hora; si a esto se le une que el monte estaba sucio, el resultado es dinamita", afirma Vicente Mans, coordinador de la lucha pasiva contra el fuego de la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (Aespi). Explica que, además, el 68% de la masa forestal quemada estaba compuesta por eucaliptos: "era un polvorín". Afirma que este tipo de árbol aromático tiene "muchas resinas": "Si la temperatura es elevada y la humedad es baja, estas resinas se vuelven muy inflamables".
Mans cuenta que la encina, una especie autóctona del campo peninsular, está más preparada para soportar las llamas. Pero el eucalipto, utilizado para la repoblación durante los años sesenta, no. Este árbol se usa para "la obtención de derivados de la celulosa. Si se explota, no hay ningún problema, pero si no hay quién lo trabaje, será pasto de las llamas", afirma. Sólo un 20% de los eucaliptos que ardieron estaban "plenamente activos", según la Consejería de Medio Ambiente. "Ahora, es más barato importar el papel de otros países, como Brasil, y muchas plantaciones de Huelva están abandonadas", afirma Mans.
Según el miembro de Aespi, uno de los problemas actuales en los montes españoles es la situación de abandono: "Están llenos de combustible para las llamas". Juan Romero, responsable de Ecologistas en Acción de Huelva, opina lo mismo: "Los incendios hay que apagarlos en invierno (...) Hay que limpiar los pastos y los márgenes de los caminos".
Muchos expertos consideran que la cultura del fuego se está perdiendo en las zonas rurales. "Hace 10 años se desbrozaba el monte, todo el pueblo participaba en las labores de limpieza, se realizaban incendios controlados...". Juan José Fernández, miembro de la unión local de CC OO de Aznalcollar, considera que la Administración "está descuidando el campo". El dirigente del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), Diego Cañamero, también cree que "se está empezando a desmantelar la mano de obra del Infoca (...) De las 231 torretas de vigilancia de Andalucía, sólo el 50% están vigiladas". "Los montes están hechos un auténtico asco", sostiene José Manuel Mariscal, de IU.
Guirado, responsable del Infoca, no está de acuerdo: "La Junta tiene sus terrenos limpios, y este año se han dado hasta 40 millones de euros en subvenciones para la limpieza de las fincas particulares".
Valor cinegético
Uno de los puntos que ha quedado prácticamente arrasado ha sido el Coto Nacional de La Pata del Caballo, con un importante valor cinegético. Hasta el año pasado, en esta zona próxima al municipio onubense de Escacena, existía una BRIF (Brigadas para Refuerzo de Incendios Forestales). Pero el Ministerio de Medio Ambiente, del anterior Gobierno del PP, decidió trasladar a sus 51 componentes hasta la base de La Almoraima, en Castellar de la Frontera (Cádiz). "Ha sido un grave error", sostiene el responsable de Ecologistas en Acción de Huelva, "si hubiesen estado, no sé si el incendio hubiera seguido el ritmo tan rápido".
Guirado cree que, aunque la BRIF hubiese continuado en la zona, "el incendio se hubiera desarrollado igual". Según el responsable del Infoca, cuando se tomó la decisión de trasladar la brigada, la Junta estableció en una finca colindante un Cedefo (Centro de Defensa Forestal). "Los equipos de extinción sólo tardaron 10 minutos en llegar al incendio", afirma Guirado.
Otro de los posibles errores que pudieron cometer las autoridades fue que los cortafuegos en la zona del incendio no estaban suficientemente limpios. Sin embargo, parece que ésa no fue la causa definitiva que hizo que el incendio se convirtiera en el peor que se ha registrado en España desde 1991. Romero, de Ecologistas en Acción, lo explica gráficamente: "Uno de los cortafuegos más anchos y limpios que existe es el propio río Tinto. En sus márgenes no existe vegetación. Pero el viento y los pinos y eucaliptos hicieron que el fuego saltara de un lado a otro".
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