El Foro de las Mujeres pide tolerancia cero contra la ablación

Tolerancia cero, legislaciones sin humillación y prevención son los tres ejes básicos de la declaración realizada por el Foro Mundial de Mujeres que se celebra en el Fórum de Barcelona, donde se ha tratado el problema de las mutilaciones genitales femeninas, una práctica que han sufrido 135 millones de niñas y mujeres en el mundo. El debate Iniciación sin mutilación terminó con una petición para que se declare el 6 de febrero como el día internacional de la lucha contra la ablación.

Cada año, dos millones de niñas corren el riesgo de sufrir la mutilación de su órgano sexual, una agresión que además acarrea graves consecuencias para la salud. La padecen cerca de 6.000 niñas al día, según datos del Comité Interafricano sobre las prácticas tradicionales que afectan a la salud y seguridad de las mujeres y de los niños. En la última jornada del Foro de Mujeres se debatió sobre las mutilaciones genitales femeninas (MGF), una práctica ancestral en el África subsahariana que supone la extirpación total o parcial del clítoris y de los labios vaginales mayores y menores, por motivos sociales o culturales. "Esta práctica preislámica, que recibe distintos nombres según los países, es un rito de iniciación de las niñas al mundo de las mujeres; un símbolo del respeto a la tradición que fomenta la cohesión social", explicó Adriana Kaplan, antropóloga de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y moderadora del debate.

Sus consecuencias son múltiples y varían según el grado de mutilación: pérdida del deseo y el placer sexual (el objetivo es hacer mujeres sin sexualidad propia); dolor en el coito; infecciones pélvicas con esterilidad; mortalidad materno-fetal por dificultad en los partos y muerte por hemorragia al practicar la ablación de forma rudimentaria.

La MGF se practica en 28 países africanos aunque no todas las etnias lo hacen. Por ejemplo, el 80% de las mujeres en Gambia han sido mutiladas, mientra en Senegal las cifras rondan el 20%. Burkina Faso, Egipto, Etiopía, Ghana, Guinea, Costa de Marfil, Malí, Níger, Senegal, Tanzania y Togo han adoptado medidas legislativas y programas para erradicar la mutilación.

Berhane Ras Work, presidenta del Comité Interafricano, explicó que "se trata de un problema muy complejo. Allá donde se practica, se identifica como norma aceptada por la comunidad. No lo ven como sufrimiento, sino como promoción del estatus de la mujer en el grupo".

Estrategias

El Comité cuenta con tres grandes estrategias (sociales, económicas y educativas) encaminadas a erradicar la mutilación, "pero sin que la mujer pierda su posición social". Ras Work explicó que, después de 20 años trabajando sobre el terreno, se ha conseguido "romper los tabúes" que envolvían esta práctica. "Hoy podemos hablar de ablación en muchos países africanos (salvo en Gambia) sin ser rechazadas o perseguidas. También hemos conseguido que 1.000 extirpadoras de distintos lugares abandonen el cuchillo y se dediquen a otras actividades laborales, cuando para muchas de ellas es una forma de subsistencia".

La emigración de miles de mujeres africanas ha trasladado esta práctica, y sus consecuencias, a Occidente, donde las niñas son operadas de forma clandestina en sus propias comunidades, aunque lo más frecuente es que se las envíe fuera del país para mutilarlas. Fadouma Hussein, somalí refugiada en Gran Bretaña, dirige la Clínica para el Bienestar de las mujeres en Londres: "Muchas llegan con problemas crónicos derivados de la mutilación, pero, como no son infecciones, los médicos no saben qué medicación recetar", dice.

La legislación española no prohíbe expresamente la mutilación, pero puede considerarse un delito de lesiones contemplado en el artículo 149 del Código Penal. Recientemente, una juez de San Feliu de Guíxols retiró el pasaporte a una niña hasta los 18 años y la obligaba a pasar revisiones médicas cada seis meses, "lo que supone una violación de la intimidad de la niña", asegura Kaplan, quien considera que la prevención es la única vía para erradicar esta práctica.