Pizzas y empanadas según la receta de la abuela

Ni manteles de hilo, ni mesas de teca ni platos de diseño. Aquí se viene a comer sin fijarse en la estética. ¡Y qué comida! Dos empanadas y una bebida salen por tres euros y medio. La pizzería L'Àvia es ya un clásico en el Raval barcelonés. Mario M. Pérez dirige este negocio familiar, que abrió en 1986. Uruguayo, hijo de catalanes, cocina platos típicos de su tierra, Brasil o Argentina, pero también cocina catalana. Cuenta con la ayuda de su mujer y sus hijos, aunque el nombre del restaurante es en honor a su abuela. No se puede salir de L'Àvia sin probar sus pizzas, sus empanadas a un euro o el choripán con chimichurri (2,40 euros), una butifarra de ternera típica de Uruguay.

El dulce de leche casero cuesta 6,30 euros el kilo. La oferta de la carta se concentra en la pizza familiar, que va acompañada de vino, cava o pepsi, a nueve euros por persona, o bien en el pollo con patatas y pan payés, que sale por 7,25 euros. El público es variado: gente joven, bohemia y del barrio.

Los propietarios elaboran el pan casero y estiran las pizzas con una laminadora que permite hacer hasta mil en un día. Otro de los platos recomendados es el vacío con papas, a 3,90 euros, o el asado criollo, a 4,90. "Mi abuela hacía todo tipo de cocina: jamón, aceites, bacalao, conserva de carnes en manteca... Nosotros vamos variando la carta, aunque también hay platos fijos", explica Mario M. Pérez, que, además de cocinero, es autor de varios libros y colaborador en programas radiofónicos. A pesar de trabajar horas y horas en este local del barrio del Raval, encuentra tiempo para escribir.