"Madrid ha cumplido todos los requisitos"

"La candidatura de Madrid 2012 ha respetado las normas éticas del Comité Olímpico Internacional, no hace falta convencer a nadie de que cumplimos todos los requisitos requeridos". Así respondió Manuel Cobo, segundo de Alberto Ruiz Gallardón, conocedor de las sospechas de soborno por los medios británicos, no por ningún organismo oficial. "Insisto en nuestro profundo respeto por las demás candidatas" insistió, a la espera de la confirmación de las acusaciones en la emisión la próxima semana del último reportaje de investigación de Panorama en la BBC. El COI dará a conocer el 6 de julio de 2005 en Singapur la ciudad seleccionada para albergar los Juegos que seguirán a los de Pekín 2008, elección por rondas en la que podrán votar todos los miembros presentes, siempre que no pertenezcan a uno de los países con ciudades todavía en liza.

De momento, las sospechas levantadas han obligado a intervenir al COI, que, a través de su Comisión Ética, compuesta por ocho personas -no más de tres miembros del COI y al menos cinco que no lo son, incluido un deportista presente en alguno de los últimos Juegos- ha iniciado las investigaciones.

El código ético de la institución prohíbe "directa o indirectamente, aceptar u ofrecer cualquier remuneración, comisión, beneficio o servicio relacionado con la organización de los Juegos". Tampoco se aceptarán "intrucciones para votar o intervenir en los órganos del COI" y, aviso para navegantes, "las ciudades candidatas deberán refrenar las aproximaciones a comités nacionales, empresas o personas con vistas a obtener apoyo político o financiero" inconsistentes con sus principios.

Jacques Rogge prometió erradicar la corrupción de la institución que preside desde 2001 a raíz del escándalo por la atribución de los Juegos de Invierno de Salt Lake City, cuando 10 de sus miembros fueron acusados de aceptar sobornos.

Más recientemente, a principios de junio, el surcoreano de 73 años Un Yong Kim, vicepresidente del COI, fue condenado a dos años y medio de prisión por malversación de fondos y aceptar sobornos por 580.000 euros vinculados a su influencia en el Comité Olímpico de su país y en la Federación Internacional de Taekwondo. En enero dimitió tras reconocer haber hecho "cosas incorrectas por el bien de los países pobres".