Ibarretxe acepta negociar un "proyecto común" sin renunciar a su plan soberanista

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, se comprometió ayer con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a participar en el proyecto de reformas constitucional y estatutaria que ha promovido, aunque sin renunciar a su plan soberanista. También admitió en su encuentro con Zapatero que su propuesta de reforma del Estatuto vasco, su plan soberanista, cuenta con un consenso insuficiente. "Estamos dispuestos a trabajar por un proyecto común de Estado", dijo Ibarretxe, y animó a seguir hablando para encontrar "una vía de encuentro" con el Gobierno central.

"El 'lehendakari' ha manifestado su voluntad de compartir un proyecto de España"

Ibarretxe: "Tras un paréntesis tan largo, de tres años, es bueno que volvamos a hablar"

Ibarretxe acudió ayer a La Moncloa después de tres años de ausencia por la marginación a que le sometió el anterior presidente del Gobierno, José María Aznar. Ibarretxe se encontró con un escenario totalmente nuevo. El presidente del Gobierno le recibió en las escaleras del palacio con la ikurriña en la puerta y tras una reunión que se prolongó durante más de dos horas, la más larga de toda la ronda de Zapatero con los presidentes autonómicos, le mostró las dependencias del complejo de La Moncloa, que Ibarretxe no conocía porque Aznar no lo hizo en los tres encuentros que mantuvo con él.

El lehendakari valoró positivamente la reunión, pero de forma lacónica: "Tras un paréntesis excesivamente largo es bueno que retomemos la costumbre de hablar". El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que ejerció como portavoz de Zapatero, dijo que la reunión había ido "muy bien" y mostró su satisfacción porque el lehendakari "ha manifestado con rotundidad la voluntad de acuerdo para compartir un proyecto".

Zapatero e Ibarretxe soslayaron los puntos de confrontación. Así, Ibarretxe no le planteó el respaldo a su plan soberanista. "No he venido a pedir nada sino a ofrecer un proceso de diálogo y una vía de encuentro bilateral para tratar de buscar soluciones" ya que "hay que ser valientes y tenemos una gran oportunidad que hay que saber aprovechar", dijo.

Zapatero tampoco le planteó que retirara su plan soberanista ni le preguntó si pretende celebrar un referéndum sobre ese plan. El ministro de Administraciones Públicas aclaró que ya se conoce la posición del Gobierno sobre el referéndum y "no se necesita estar pidiendo todo el día la retirada" del plan.

La reunión la centró el presidente del Gobierno en el alcance del proceso de reformas constitucional y estatutaria que ha promovido. Ibarretxe, que se interesó ampliamente por dicho proceso, aceptó engancharse a él siempre que se respete "la voluntad de los vascos". Fue la primera novedad de la reunión. Según La Moncloa, Ibarretxe participará en la Conferencia de presidentes autonómicos y el PNV intervendrá en la ponencia de reforma constitucional que afectará al Senado, a la sucesión a la Corona, a la nominación de las comunidades autónomas en la norma fundamental y a la Constitución europea.

En cuanto a la reforma del estatuto vasco, que Ibarretxe materializa en su plan soberanista, y que rechazan el Partido Socialista de Euskadi (PSE) y el PP vasco, el propio lehendakari introdujo novedades, y admitió en su conversación con Zapatero que el consenso logrado en torno al mismo hasta el momento es insuficiente y no puede imponerse ni a la sociedad vasca ni al resto de España. Ibarretxe lo dijo incluso en la declaración que leyó después de la reunión: "No es posible de manera unilateral aplicar la idea de la unidad del Estado ni es tampoco posible de manera unilateral que las decisiones de la sociedad vasca se lleven a cabo".

Ibarretxe recordó que el plan soberanista está en tramitación en el Parlamento vasco. "El debate del autogobierno no depende de la voluntad de Rodríguez Zapatero ni del lehendakari sino del Parlamento vasco, que es donde está y donde dan sus opiniones los partidos vascos". Ibarretxe ha adquirido el compromiso de someterlo a votación en el Parlamento autonómico entre diciembre y febrero, en todo caso antes de que se celebren las elecciones vascas. Sólo dispondrá de mayoría si lo apoya Batasuna.

Precisamente, la reunión de ayer se encuadra en la proximidad de las elecciones autonómicas, que se celebrarán en primavera, ante las que Ibarretxe y el PNV dudan de que junto con sus aliados del tripartito -Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida-Ezker Batua- logren mayoría suficiente.

Las últimas encuestas dan un fuerte ascenso del PSE como consecuencia del efecto Zapatero. En tal caso, el PNV tendría que recurrir al apoyo del PSE como sucedió de 1987 a 1998.

Por ello, Ibarretxe quiso dejar claro a Zapatero, y luego ante los medios de comunicación, que estaba abierto al proceso de reformas promovido por el presidente del Gobierno: "Hay que hablar de la reforma del Estado, sin duda. Y como lehendakari he trasladado que es posible un proyecto de Estado español en común si los diferentes pueblos que lo componemos así lo decidimos".

Fue éste el aspecto de la reunión que más remarcó el ministro de Administraciones Públicas en su intervención posterior a la de Ibarretxe: "Hace tiempo que no veíamos a un lehendakari en La Moncloa, de donde creo que ha salido contento. Me parece muy importante que haya voluntad de seguir hablando, de llegar a acuerdos para compartir un proyecto que se llama España".

Zapatero e Ibarretxe no abordaron cuestiones precisas, como la liquidación del Cupo, la ampliación de la Ertzainzta y los gastos del Gobierno vasco por la limpieza de las playas tras la catástrofe ecológica del petrolero Prestige. Ibarretxe afirmó que las negociaciones "ya están encauzadas".