El Ejército mata a seis palestinos en Cisjordania
Seis palestinos murieron anoche por disparos de soldados israelíes en la ciudad cisjordana de Tulkarem, según fuentes de la seguridad palestina, que agregaron que algunos de los fallecidos eran miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.
El Ejército israelí prosiguió también ayer con lo que llama operaciones de "rutina", en la franja de Gaza, en un momento de frágil equilibrio en la zona por las continuas refriegas internas, espoleadas desde la sombra por los jóvenes de Al Fatah, que piden reformas y el fin de la corrupción.
Helicópteros Apache dispararon dos misiles contra el barrio de Zeitune, en la ciudad de Gaza, y uno de los bastiones de los activistas. Ambos proyectiles destruyeron un edificio de dos plantas. Según las informaciones militares israelíes, el objetivo era un coche perteneciente a un miembro de la Yihad, pero el resultado volvió a ser imperfecto: cuatro viandantes, que se encontraban cerca del lugar del impacto, terminaron con heridas. Se trata del segundo ataque con misiles en el mismo barrio en una semana, ya que el jueves en otra agresión similar, dos militantes de la Yihad fueron asesinados. A su vez, seis niños israelíes de la colonia de Newe Dekalim, en el sur de Gaza, resultaron heridos por la explosión de un obús palestino.
En el norte de la franja, el Ejército atacaba la localidad de Beit Hanún, asediada desde hace casi un mes por ser el lugar desde el que los activistas lanzan sus cohetes Qassam a las poblaciones israelíes cercanas a Gaza, y que se cobraron el 28 de junio las primeras víctimas. Tanques israelíes y vehículos blindados desfilaron apisonando desde la zona aledaña de los campos hasta el centro de Beit Hanún, hasta llegar casi a la sede del municipio.
Y mientras, en el trasfondo de la lucha por el poder en los territorios, Mohamed Dahlan, que fuera jefe de la seguridad palestina, salió ayer al paso de todos los comentarios que lo acusan de ser el organizador en la sombra del caos en Gaza. Dahlan añadió más leña al fuego asegurando que "sólo Arafat puede poner fin al caos" porque el levantamiento se debe a una "expresión de enfado" sobre el liderazgo palestino.
