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Entrevista:Antoni Castells | Consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat de Cataluña

"Cataluña es un país amigo de la inversión extranjera, y vamos a potenciarla"

Andreu Missé

A Antoni Castells, de 53 años, catedrático de Hacienda Pública, se le considera la voz más autorizada en federalismo fiscal. Propugna la igualdad y la transparencia como los criterios que deben presidir las relaciones entre las comunidades autónomas. Impulsor de la fórmula de pagar por renta y recibir por población, considera que la solidaridad no puede ser ilimitada, pero rechaza cualquier tipo de privilegio. Es un firme partidario del modelo europeo de bienestar social.

España ha registrado un intenso proceso de descentralización durante los últimos veinte años. Para muchos analistas internacionales incluso es un modelo de referencia, pero el debate sobre los recursos de las autonomías está más vivo que nunca.

"No debemos escurrir el bulto si queremos preservar el actual modelo de salud"
"La solidaridad no puede ser ilimitada, porque entonces deja de ser justa"
"¿Por qué no podemos tener relaciones bilaterales con el Estado como Andalucía?"

Pregunta. ¿Cuál es su propuesta de financiación autonómica?

Respuesta. Cataluña necesita un sistema de financiación que le proporcione más recursos y más capacidad sobre los impuestos que pagan nuestros ciudadanos. Naturalmente siendo solidarios con las otras comunidades autónomas. Pero sabiendo también que el déficit fiscal que soportamos es excesivo y habrá que reucirlo.

P. ¿Cómo define la solidaridad? ¿La solidaridad debe establecerse entre ciudadanos o entre territorios?

R. La solidaridad responde a unos criterios básicamente personales, como son que individuos con similar capacidad fiscal paguen impuestos similares, e individuos con similares necesidades reciban iguales servicios. Pero el resultado de aplicar estos criterios da lugar a flujos fiscales entre territorios.

P. Hay discusión sobre los límites de la solidaridad. ¿Qué piensa?

R. Todos estamos de acuerdo en que debe haber solidaridad. Pero ésta no puede ser ilimitada, porqué entonces deja de ser justa. Si estamos a favor de la solidaridad, deberíamos estar de acuerdo en que fueran conocidos los flujos fiscales entre territorios, que es como se expresa la solidaridad. Es bueno que haya transparencia.

P. ¿Se considera un nacionalista catalán o un socialista federal?

R. Me considero un catalán que cree que Cataluña es una realidad nacional integrada en España, y que la mejor manera de hacer posible esta integración es a través de un Estado federal plurinacional.

P. Con el País Vasco y Navarra tienen una posición ambigua. Unas veces propugnan alcanzar niveles similares de servicios a las demás comunidades y en otras piden que los ingresos de Cataluña tiendan equipararse a los de las comunidades forales. ¿No es contradictorio?

R. Al revés, creo que ambas afirmaciones son perfectamente conciliables. Cataluña debe contribuir a la solidaridad interregional de manera que las diferentes comunidades autónomas puedan prestar niveles similares de servicios con un esfuerzo fiscal similar. Y ello conduce a pagar por renta y recibir por población. Esto es, para nosotros, la solidaridad. Este criterio es aplicable a todo el mundo, y responde a un principio de igualdad que también se tiene que aplicar a las comunidades forales vasca y navarra. No se discute el concierto, pero también deben participar en el mecanismo de solidaridad porque nadie debe tener privilegios. Cataluña tampoco.

P. El problema de financiación más serio que ustedes han puesto encima de la mesa es el de la sanidad. Han creado una comisión de sabios para buscar soluciones que baraja sistemas como el copago como en Francia y Alemania? ¿Es sostenible el Estado de bienestar?

R. Francia y Alemania son países que ya están de vuelta, cuando nosotros todavía estamos en el camino de ida. En España tenemos un gasto total en sanidad que se sitúa en el 7,6% del PIB, mientras que Francia dedica el 9,7%, y Alemania el 10,9%. Creo que debemos preservar el modelo social europeo. Un modelo del cual los europeos nos sentimos orgullosos, porque combina sector público con mercado, libertad de empresa y espíritu de riesgo con servicios públicos, libertad con igualdad, incentivos al espíritu emprendedor con cohesión social. Ahora bien, para preservar este modelo debemos reformarlo.

P. ¿Reformarlo es recortarlo?

R. Estoy absolutamente en contra de desmantelar el modelo, pero precisamente por ello debemos ser conscientes de que es necesario reformarlo, y no hay nada peor que esconder la cabeza debajo del ala.

P. ¿Cuál es el desafío del Estado de bienestar en sanidad?

R. El problema básico es que, por razones estructurales que están relacionadas con factores demográficos como el envejecimiento de la población, y el encarecimiento de los tratamientos, el gasto crece mucho. Por encima de los ingresos, es decir, de los impuestos.

P. ¿Qué se puede hacer?

R. Sólo hay tres alternativas: una, aumentar los ingresos públicos que destinamos a la sanidad, lo cual quiere decir aumentar los impuestos. Me parece que el ciudadano no está demasiado dispuesto a elevar la presión fiscal. Pero como en España dedicamos el 7,6% del PIB al gasto en sanidad, una cifra muy por debajo de la media europea que ronda el 9,5%, seguramente todos deberemos reflexionar sobre la necesidad de destinar más recursos públicos a la sanidad. Una segunda vía es mejorar la gestión. Y la tercera consiste en examinar si una parte de los recursos destinados a la sanidad deberían aportarla directamente los usuarios.

P. ¿Pero hay alternativas más equitativas que otras, no?

R. Entonces abramos el debate. Pero lo que no vale es proclamar que debe subir el gasto en sanidad y a la vez mostrarse en desacuerdo con que aumente la financiación a cargo del usuario y con que crezcan los impuestos. No debemos "escurrir el bulto" si queremos preservar el actual modelo de salud como un servicio público, universal y gratuito.

P. ¿Pero ahora se tambalea lo gratuito, no?

R. Hablo del modelo esencial. Debemos ver de qué manera este modelo esencial puede admitir correcciones o matizaciones, sin alterar su columna básica. El modelo europeo, aunque con variaciones, es esencialmente similar al nuestro.

P. ¿Irlanda es un modelo económico?

R. El modelo de Irlanda es un modelo para Irlanda. Es un país muy vinculado a Estados Unidos, como plataforma de desembarco de multinacionales americanas, y con unas condiciones fiscales que no se pueden dar en Cataluña, entre otras razones porque no tenemos autonomía para fijarlas. Pero, sin duda, hay algunos elementos del modelo irlandés que son de gran interés. Por una parte, nuestro crecimiento debe basarse en un incremento de la productividad y de la economía del conocimiento. Además Cataluña es un país abierto a la economia internacional, amigo de la inversión extranjera y vamos a potenciarla.

P. También preocupa la falta de infraestructuras según insisten la Cámara de Comercio y el Círculo de Economía. ¿Qué hacer con el déficit de 5.800 millones de euros?

R. El déficit de infraestructuras se ha convertido en un factor limitativo muy serio para la competitividad de nuestra economía. En Cataluña hay un consenso amplísimo en este sentido. Resolver este problema no sólo es imprescindible para la economía de Cataluña, sino también para la española, porque la economía catalana es el principal motor de la española.

P. ¿Qué proponen?

R. Un gran pacto con el Estado en infraestructuras. Puede ir en paralelo, aunque es independiente del debate de la financiación autonómica, porque aquí estamos hablando de unas inversiones que en buena parte son a cargo del presupuesto del Estado, no del de la Generalitat. Planteamos un gran pacto para recuperar el déficit acumulado y que establezca una pauta -a cumplir con carácter plurianual- sobre el porcentaje de la inversión del Estado en Cataluña.

P. ¿Es un pacto bilateral con el Estado o incluirá a otras autonomías con problemas similares?

R. ¿Por qué no podemos tener relaciones bilaterales con el Estado? Hay cuestiones en las que lo lógico es que exista esta relación. ¿Verdad que la deuda histórica de Andalucía es una cuestión bilateral entre Andalucía y el Estado? ¿O es que no somos conscientes de que la problemática que plantea Cataluña no es exactamente la misma que la de otras comunidades?

P. ¿Qué receptividad han encontrado en el Gobierno central?

R. Estamos hablando. No tengo ninguna duda de que el Gobierno, que tan claramente se ha pronunciado por una España descentralizada y en contra de un modelo radial, sabe perfectamente hasta qué punto es importante que Cataluña juegue en España el papel que le corresponde. Espero que este Gobierno sea consciente de la importancia que tiene Cataluña para España. Nosotros lo somos de la importancia que tiene España para Cataluña.

P. ¿Si el PSC tuviera un grupo parlamentario propio tendría más capacidad negociadora?

R. Soy partidario de que tengamos grupo parlamentario propio en el Congreso. Es muy importante y mi partido lo planteará en el momento oportuno. Pero hoy las cuestiones fundamentales son dos. Por una parte, que todo el mundo puede tener la certeza de que la acción política y las decisiones del PSC se toman en Barcelona, y no en otro sitio. Por otra, que existe una sintonía completa entre la actuación del Gobierno de Cataluña y la de los diputados en el Parlamento español de los partidos que forman parte de este Gobierno. Lo que significa que los objetivos que plantea el Gobierno de Cataluña sobre financiación, infraestructutras o Estatut, contarán con su respaldo cuando estas cuestiones se discutan en Madrid.

Antoni Castells, en un momento de la entrevista en su despacho. 

/ JOAN SÁNCHEZ
Antoni Castells, en un momento de la entrevista en su despacho. / JOAN SÁNCHEZ

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