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La posible entrada de Turquía en la UE desata un agrio debate en la Eurocámara

Esquerra Republicana exige el reconocimiento del catalán para votar a favor de la Constitución

Carlos Yárnoz

El debate sobre la entrada de Turquía en la UE sube de tono a sólo cinco meses de que los jefes de Estado y Gobierno europeos decidan si el gran país con 70 millones de musulmanes está en condiciones de negociar su entrada en el club. El Parlamento Europeo entró ayer de lleno en la discusión en su segunda sesión de la nueva legislatura. El primer ministro holandés y presidente de la Unión, Jan Peter Balkenende, pidió que nadie se deje guiar "por el miedo al islam", pero varios diputados conservadores rechazaron el posible ingreso de Ankara o exigieron una consulta popular al respecto.

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"No debemos permitirnos que nos guíe el miedo, por ejemplo, al islam", señaló Balkenende, para añadir: "Nuestro rechazo no debe dirigirse contra las religiones, sino contra las personas y grupos que utilizan sus religiones para lograr sus objetivos por la fuerza. No puede haber escollos contra el islam. El islam no es el problema. Musulmanes, cristianos y gente de otras creencias pueden vivir juntos. El problema no es la religión, sino el mal uso y abuso de las religiones para difundir el odio y la intolerancia o menoscabar el papel de la mujer". "La decisión se tomará de forma objetiva y transparente", dijo también al Parlamento el presidente saliente de la UE, el irlandés Bertie Ahern.

Entre las escasas intervenciones favorables al ingreso de Ankara, destacó la del líder de los socialistas europeos, el alemán Martin Schultz: "No se puede estar haciendo promesas a Turquía durante 40 años para luego decirle que no queríamos decir eso. Negarle la entrada a Turquía sería fatal". También la italiana Monica Frassoni, de los Verdes, hizo un discurso favorable a Turquía para tomar luego la palabra a Balkenende: "Usted ha dicho que el islam no es el obstáculo, y el comentario es muy importante viniendo de un democristiano".

En el lado opuesto, el también democristiano holandés (aunque no del mismo partido que Balkenende) y euroescéptico Johannes Blokland dejó claras sus ideas: "¿Va a haber una evaluación seria? ¿O no nos queda ahora más remedio que decir sí después de 40 años de promesas aunque pensemos que no?".

Más contundente fue el belga Philip Claeys, del ultraderechista flamenco Vlams Blok: "Turquía no cumple los criterios [para entrar en la UE] ni los cumplirá en diciembre. Turquía se convertirá

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en el país más grande y poblado de la Unión. Será una carga financiera para los demás, provocará un flujo migratorio tremendo". Claeys recordó en tono alarmante que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, llegó a citar a un líder religioso radical para decir que, en el caso de los musulmanes, las mezquitas son cuarteles; sus minaretes, fusiles, y sus cúpulas, cascos de protección. Los referendos sobre la Constitución europea, añadió, debieran estar vinculados a la candidatura de Turquía.

Entre las dos posiciones, pero más próxima a la segunda que a la primera, el presidente del Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el alemán Hans-Gert Poettering, señaló que, si Turquía no cumple los criterios de acceso a la Unión, Ankara tendrá que limitarse a "una relación privilegiada" con la Unión centrada en el terreno económico.

El debate se celebró 24 horas después de que Erdogan pidiera en París el apoyo del presidente francés, Jacques Chirac. Tanto el partido de Chirac, la Unión por el Movimiento Popular (UMP), como la Unión por la Democracia Francesa (UDF), el otro conservador, se han manifestado en contra del inicio de negociaciones pese a que Turquía es país candidato y la UE espera a que cumpla los criterios económicos (ser una economía de mercado) y políticos (democracia, derechos humanos, respeto a las minorías, papel del Ejército...) para lanzar el proceso de adhesión.

De otro lado, Bernard Joan, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y adscrito a los Verdes, intervino en catalán y en inglés en su turno para reclamar al futuro presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, "una oportunidad a los catalanes para votar favorablemente a la Constitución europea" mediante la declaración del catalán como lengua oficial. El nuevo presidente de la Cámara, José Borrell, también catalán, recordó que esa lengua no es oficial en la UE y que, por tanto, las palabras de Joan no constarían en acta. En defensa del político de ERC salió el ultraderechista Bruno Gollnisch, del Frente Nacional francés. "El catalán es lengua oficial, aunque no lengua de trabajo. Yo mismo me expresé una vez en latín y mis palabras se recogieron en acta. Pido un poco de indulgencia para mi colega catalán", dijo Gollnisch.

José Manuel Durão Barroso, junto a Loyola de Palacio, en Estrasburgo.
José Manuel Durão Barroso, junto a Loyola de Palacio, en Estrasburgo.EFE

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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