Tecnología punta en el medievo
El Parque de las Ciencias recorre los avances técnicos de Al-Andalus
La Alhambra, legado vivo de la presencia árabe en la Penínusula Ibérica, es el monumento más visitado de España. El turista que la recorre descubre las claves defensivas de las fortificaciones musulmanas y el lujo suntuoso de sus palacios, algo desconocido en las construcciones cristianas de su época. Pero la arquitectura no es lo único que omeyas, almorávides y nazaríes aportaron a la cultura europea. Entre los siglos VIII y XV los hispanomusulmanes alcanzaron un nivel científico mucho más avanzado que el del resto de Europa en disciplinas como las matemáticas, la astronomía, la medicina, la botánica, la agricultura o la navegación.
Al-Andalus y la ciencia, es el título de la exposición permanente del Parque de las Ciencias de Granada que tiene como objetivo difundir todos esos avances que sólo se pudieron conseguir integrando el saber helenístico propio de Occidente con los conocimientos sirios, sánscritos y persas que los árabes trajeron. El museo interactivo de Granada lanzó ayer una campaña de promoción turística en la que esta muestra se ofrece como complemento científico y cultural de las visitas a la Alhambra con el fin de alargar la estancia de los que se acercan a la ciudad desde la Costa del Sol y otras capitales andaluzas.
En el parque, el visitante aprenderá que algo tan cotidiano como los números decimales ya se utilizaba en España en el siglo X, o que los médicos musulmanes -que hacían las veces de farmacéuticos y botánicos- fueron punteros en su época en ramas como la oftalmología, muy poco desarrollada en la Edad Media, o la cirugía gracias a figuras como Al-Zahrawi o Ibn Sina (Avicena).
Sin olvidar sus revolucionarias técnicas agrícolas, que aún sobreviven, y los nuevos cultivos que introdujeron. Los andalusíes son los padres de sistemas hidráulicos como las norias, las acequias o los aljibes, cuyo funcionamiento explica la muestra. Las primeras plantaciones de caña de azúcar, algódón, arroz, cítricos, plátanos y palmeras de dátiles en España, las realizaron los agricultores árabes hace más de 500 años. Aparatos como el astrolabio, que permitía conocer el tiempo astral y la hora solar a través de la colocación de las estrellas, o instrumentos musicales como el laúd, el salterio y el rabel también forman parte de ese legado cultural que la muestra da a conocer.
La oferta del museo durante el verano se amplía con la exposición Cuerpos entrañables, en la que se presentan órganos humanos y animales conservados mediante plastinación, el método inventado por el polémico científico alemán Günter von Hagens. La técnica elimina los fluidos corporales para sustituirlos por un polímero que los convierte en piezas sólidas, secas y sin olor que permiten a los estudiosos manipularlas y observarlas en las mejores condiciones higiénicas.
La muestra recorre de modo práctico la historia de la anatomía desde sus incios hasta las últimas técnicas quirúrgicas y, a través de juegos interactivos, enseña al visitante los secretos del cuerpo, su movimiento y su coordinación. En sus vitrinas puede encontrarse desde un cerebro hasta esqueletos de fetos pasando por disecciones plastinadas de bustos humanos o un cráneo cortado en diez secciones horizontales que muestran su cerebro, ojos, fosas nasales, lengua...
Ver un velociraptor en movimiento recubierto de plumas (no de escamas como se pensaba hasta hace poco), conocer los astros gracias al planetario u observarlos directamente a través del telescopio son otras actividades que propone el Parque para demostrar que la Alhambra no es lo único que hay que visitar en Granada.
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