_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Congreso

Los congresos del PSOE, tanto federal como regional, han servido para escenificar la unidad tras sus triunfos electorales, con una sola sorpresa, la del problema planteado en Sevilla. Manuel Chaves es un referente de su partido a nivel nacional, elegido de nuevo presidente en el congreso federal, en el que volvió a demostrar su capacidad de liderar procesos negociadores y en el que quedó patente su sintonía y entendimiento con Rodríguez Zapatero. El secretario general ha distinguido siempre con su aprecio y su respeto al presidente Chaves, del que ha valorado de manera especial el que, siendo un líder histórico, supiera ver que corrían nuevos tiempos para un partido que, o afrontaba un proceso de renovación, o alargaría indefinidamente su travesía del desierto. En los partidos democráticos, en todo caso, puede pasar cualquier cosa en el momento más inesperado y, precisamente por serlo, las decisiones tienen el resultado final que le dan los votos. Es la diferencia con los partidos sin democracia interna y es lo que ocurrirá en el congreso del PSOE de Sevilla que, en todo caso, está resultando verdaderamente sorprendente. Nada podía hacer pensar que alguien consiguiera que se pusiera el foco sobre un problema, en un momento en el que el PSOE puede todavía disfrutar de sus éxitos y en el que aún la acción de gobierno, tanto en Madrid como en Andalucía, está tan en los prolegómenos que no da casi para más crítica que la de quienes, por cierto, siguen aún sin digerir el resultado electoral y no sólo eso sino que, algunos de ellos, insisten en intentar deslegitimarlo. No en Andalucía, donde sólo se conforman, de momento, con apoyar curiosas ideas sobre la necesidad urgente de defenderla de asimetrías y otras malas yerbas catalanas. Todavía no acabo de entender cómo llegan a encontrarse personajes de tan distinta fe y procedencias, en su actual coincidencia. Vivimos de milagro y no nos habíamos dado cuenta. En fin, que decía Sevilla y el congreso de la excepción. José Caballos ha conseguido lo que nadie pudo imaginar, que se pongan todos los focos ávidos de conflicto en el PSOE sobre el que él ha planteado, precisamente en los mejores días de ese partido. Inaudito.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_