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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Tacto y oportunidad

Durante estos días he comprobado cómo se han hecho eco diferentes medios de comunicación de la visita de dirigentes de Juventudes Socialistas de España a Cuba. Eso sí, a mí o a la organización que dirijo, JSE, no ha llamado nadie para preguntar. Es raro que opinen de JSE o que un medio recoja algo de sus más de 300 notas de prensa anuales o de sus más de cuatro actividades anuales de ámbito estatal. Lo que no es raro es que, cuando opinan, lo hagan sin contrastar. No sé si eso será retrógrado o no, pero estoy seguro de que, al menos, es de mala educación.

Cabe empezar diciendo que este artículo no pretende pedir disculpas, sino esclarecer los términos y el momento en el que se produce esta visita, así como el planteamiento que ha mantenido y mantiene JSE respecto a Cuba y otros puntos geográficos olvidados y no comentados.

Esta visita se produce a raíz de una invitación formulada por la Unión de Juventudes Comunistas. Dicha invitación no se produjo hace unos meses, sino que se viene reiterando desde hace cuatro años. La situación, a todas luces, es diferente en Cuba y en el mundo, también en España. Ahora toca tender puentes que se destruyeron y que nunca debieran haber desaparecido.

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Esos puentes no deben buscar la autocomplacencia, ni la resignación. Deben ser puentes basados en el respeto, la preocupación por la ciudadanía y la crítica constructiva que intente potenciar lo bueno y paliar lo negativo.

Ni yo ni mi organización tenemos por costumbre descalificar al que invita y menos en su casa. Yo en mi casa opino sobre cualquier cosa. Por cierto, nuevamente, recalco que nadie me ha llamado para preguntarme mi opinión.

JSE ha condenado y condena la falta de libertad en Cuba, como también en otras dictaduras que se olvidan o se convierten en aliados y de las que nadie dice nada, incluso hemos condenado a dirigentes de países que, pese a ser democráticos, practican el terrorismo de Estado y no respetan la legalidad internacional. La libertad no se mide sólo en términos democráticos, sino que también, y sobre todo, hay que tener en cuenta otros aspectos como la educación, la sanidad, la atención social. Esto no es así porque lo diga yo, sino porque se establece en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.

Por si a alguien le interesa, lo único de lo que he hablado en Cuba es de la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación, la sanidad y los programas sociales. Además, añadí que tenemos diferencias de opinión en el modelo y sistema para ejecutar las políticas.

La "batalla de ideas", como se denomina el programa de coordinación de las mejoras educativas, sanitarias y sociales en Cuba, es un buen proyecto. El sistema de Gobierno no es exportable, pero de esa batalla de ideas deberían tomar buena nota otros países e incluso el FMI.

Una pregunta que nos puede surgir es dónde está la frontera entre la autonomía de un pueblo y la necesaria intervención o control internacional. En primer lugar, hay que tener claro que cuando hablo de intervención y control internacional no me refiero a la Administración Bush, sino a

la ONU, y concretamente a su Consejo de Seguridad.

Nada he oído yo de otros sistemas que adolecen de más democracia que Cuba y que, además, los ingresos del país por la venta de sus recursos naturales van a las cuentas de los amigos dictadores, pero ante todo amigos.

No sé si parezco un retrógrado, pero lo que no soy es un hipócrita internacional. O establecemos criterios objetivos para establecer el trato a un país y respetamos la legalidad internacional sin decisiones unilaterales o serviles a la Administración Bush, o estamos siendo cómplices de una gran hipocresía internacional.

Reitero que es necesario que Cuba y los cubanos hablen de su futuro. Ahora bien, me pregunto por qué el foco está en Cuba y no en otros países, donde, además de adolecer de una democracia abierta, no hay ni educación, ni sanidad ni políticas sociales. ¿Por qué Cuba? Porque le interesa a la Administración Bush. ¿Por qué no se establece una prioridad de actuación y control en función del Índice de Desarrollo Humano?

No se hace porque hay "amigos" a los que no conviene molestar.

Estoy abierto a cualquier reunión y atender a cualquier invitación.

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