Calvario

Somos unos padres que hace un año decidimos pedir la admisión de nuestra hija en el colegio Jesús María de Madrid. Sabíamos todas las trampas habituales para conseguir puntos:

Empadronarse temporalmente en una casa cercana al colegio;presentar ante el colegio una declaración de la renta parcial en la que sólo consta una mínima parte de los ingresos familiares; conseguir un certificado médico donde conste que el niño tiene una enfermedad crónica del aparato digestivo, o, incluso, falsificar el libro de familia alegando ser familia numerosa.

Confiando en el centro y en la Consejería [de Educación], decidimos no hacer trampa y, finalmente, no hemos conseguido la plaza. Algunos conocidos (funcionarias, directivos) sí lo han conseguido. Resulta que viviendo en un barrio de 4.000 euros el metro cuadrado, tienen ingresos per cápita inferiores a 6.100 euros. Desde entonces hemos entrado en un calvario de reclamaciones infructuosas:

En el colegio se niegan a pedir certificados de renta a Hacienda, como hacen en otros. La trampa les favorece: permite que entren niños de elevado nivel de renta.

La Consejería de Educación se ha limitado a comprobar que la lista está bien conforme a los datos falsificados. Dicen que han recibido tantas quejas iguales que no las van a tramitar salvo que haya datos concluyentes. Obviamente, no tenemos acceso a las declaraciones de la renta de los admitidos y sólo podemos presentar un principio de prueba. Nos consta que si la consejería pide a Hacienda los certificados de la renta de los interesados, tendrían la respuesta en un plazo máximo de 15 días.

Ante esta situación vergonzosa hemos iniciado varias vías y debemos decir que el único que hasta ahora se ha preocupado y quiere solucionar el fraude es el diputado del PSOE encargado de Educación.